ANÁLISIS | SIGNIFICADO
En tiempos antiguos, los hombres barbados y temidos llegaron a nuestra tierra, los hermanos emplumados los vieron venir, cumpliendo así la profecía esperada. El monarca proclamó que los dioses habían llegado y por temor a lo desconocido, les abrimos las puertas. Montados en bestias y armados, como demonios del mal, sembraron terror a su paso. Solo unos pocos valientes se opusieron, pero al ver la sangre correr, se llenaron de vergüenza, pues los dioses no comen ni disfrutan lo robado.
En aquel error entregamos nuestra grandeza pasada y nos convertimos en esclavos por 300 años. Nos quedó el maleficio de regalar nuestra fe, cultura, pan y dinero al extranjero, intercambiando oro por cuentas de vidrio y riquezas por espejos brillantes. En pleno siglo XX, aún seguimos recibiendo a extranjeros rubios como amigos, mientras humillamos a nuestros propios hermanos indígenas.
¡Oh, hipócrita que te postras ante el extranjero y desprecias a tu propio pueblo! ¡Maldición de Malinche, enfermedad del presente, cuándo dejarás nuestra tierra, cuándo harás libre a mi gente! ¡La canción resuena con la lamentación y la esperanza de un pueblo que anhela romper las cadenas de la historia y recuperar su dignidad!