ANÁLISIS | SIGNIFICADO
Recuerdos flotando en el aire, como un suave beso en los labios que marcó el camino. El verano del 2002 pintó nuestras vidas de once años con pinceladas de madurez, bebiendo de vasos de plástico y cantando sobre amores eternos. Bailando sobre el capó en medio del bosque, entre amigos de la infancia, al ritmo de melodías que nos transportaban a tiempos dorados.
Bajo las sábanas, en nuestro mundo de dieciocho, somos más que amantes, somos todo lo que necesitamos. La música sigue siendo la banda sonora que nos une, recordándonos el encanto del 2002. Risas, complicidad, susurros que nos transportan a aquel primer día de amor.
Detalles de una juventud vibrante, cantando a todo pulmón los recuerdos de antaño. En cada verso, en cada estribillo, se esconde la esencia de un vínculo que floreció en aquel verano mágico.
En los recuerdos de días juveniles, en la cima de la felicidad, en el día en que nos enamoramos, encontramos la melodía perfecta para revivir esos momentos únicos. Bailando en el capó, en la compañía de amigos entrañables, recordamos con cariño aquel día en que el amor nació.