ANÁLISIS | SIGNIFICADO
Prok comienza recordando la entrada del Milenio, una época de cambios marcada por la nostalgia de los mosquetones y los mechones rubios. Describe una sociedad marcada por la especulación inmobiliaria que levantó y luego hundió cada barrio. Critica la manipulación mediática, recordando épocas de desinformación y guerras ficticias que solo trajeron destrucción y sufrimiento a inocentes. Invita a reflexionar sobre el materialismo y la superficialidad de la sociedad actual, instando a dejar de lado las distracciones tecnológicas y a enfrentar la injusticia con valentía.
Akapellah, por su parte, reflexiona sobre la lucha constante por la supervivencia y la superación en un mundo desigual, marcado por la migración y la explotación laboral. Habla de la realidad latinoamericana, donde la desigualdad social es palpable y la violencia es una constante. Expresa su determinación por escribir su propio destino y liberarse de las cadenas impuestas por una sociedad opresiva, destacando su pasión por el hip hop como vía de expresión y resistencia.
Finalmente, Ayax comparte su visión personal, demostrando humildad al recordar que no fueron los dioses quienes lo eligieron, sino su valentía para enfrentar sus miedos. Habla de la complejidad de la vida, comparándola con un puzzle que cobra sentido a medida que avanzamos. Destaca la importancia de la amistad y la colaboración en el mundo del rap, mostrando su orgullo por pertenecer a una comunidad comprometida con la autenticidad y la expresión artística.
En conjunto, la canción es un llamado a la reflexión y la acción, una crítica a la realidad social y política desde la perspectiva de tres artistas comprometidos con la verdad y la autenticidad en su música.