ANÁLISIS | SIGNIFICADO
En algún lugar elevado en el desierto, cerca de una cortina azul, vemos al hombre cuerdo con su falda ondeando al viento. Mientras tanto, en la ciudad de las luces de California, la energía de Santa Ana se desvanece, y la vida parece fácil si nos quedamos en la superficie. Es hora del espectáculo para las líneas de arrastre, y en la tranquilidad de la cama, los sueños se llenan de lluvia.
Las colinas de Los Ángeles arden, las palmeras se convierten en velas en medio del violento viento. La brisa lleva consigo tantas vidas, incluso las estrellas no parecen estar cómodas. En medio de este caos, Los Ángeles está ardiendo.
No es solo una prueba del sistema de radiodifusión de emergencia, es un momento en el que Malibu y las torres de radio se incendian, conspirando para danzar una vez más. La meca de los medios de comunicación parece desconectada de la realidad, atrapada en las luces y las cámaras. En medio de la locura y la confusión, las colinas de Los Ángeles arden, las palmeras sirven de guía en la tempestad del viento.
Un presagio que anuncia el fin de los días, mientras las escopetas redondas se doblan en la neblina. Más que una pregunta, parece una maldición: ¿podría el infierno ser peor? Las llamas se propagan, las cámaras registran todo lo que está en juego.
Las colinas de Los Ángeles se consumen en fuego, las palmeras se convierten en velas en medio del viento asesino. Tantas vidas se pierden en la brisa, incluso las estrellas parecen inquietas. En este momento de caos y destrucción, Los Ángeles arde.