ANÁLISIS | SIGNIFICADO
Cuando te conocí, el cielo estaba adornado con estrellas suspendidas en el aire, y en esos instantes nada más importaba que la forma en que me atrapaste con tu mirada. Caminábamos, hablábamos, y nos reíamos de la situación de nuestras vidas, maravillados de cómo nuestros destinos nos habían unido mientras la luna se alzaba en tus ojos.
La noche caía lentamente en nuestro interior, iluminándonos desde lo más profundo. La luz resplandeciente atravesaba nuestro ser, como el embrujo de la Luna que nos envolvió aquella noche, llevándome de vuelta hacia ti. La luz de La Luna, tan hipnotizante.
En los hoteles y en las cafeterías, todo el mundo estaba impregnado de romance. En el puerto, con el agua iluminada por la Luna, todos los barcos se balanceaban en una danza. Y entonces me tomaste entre tus brazos, me besaste, y supe que tenía que estar contigo. No me lo pediste, simplemente me llevaste a la pequeña cama de tu diminuta habitación.
La banda seguía tocando, una canción de rendición, mientras el sol se preparaba para surgir con nueva luz. Ahora camino por las calles de Marsella; el cielo invernal es frío y gris, y no sé por qué te dejé aquel día. Tampoco sé dónde estás tú.