ANÁLISIS | SIGNIFICADO
En la profunda oscuridad de una habitación vacía, me encuentro caminando de un lado a otro, esperando hasta que mi vida se retire. Siento una inquietud en mi interior, esperando ansiosamente, es una pérdida de tiempo y no esperaré otro Eón.
La interminable noche, anhelando la luz, mi cabeza apoyada contra este túmulo. Y sigo adelante, enfrentando la adversidad, sin rendirme, luchando obstinadamente contra todo pronóstico.
Atrapado y aislado, el tiempo se descoloca, una eternidad es lo que parece un momento cuando no puedo sentir nada. Borro mis últimos recuerdos, no se detendrán hasta que toda mi vida se haya desvanecido. Inquieto, espero la normalidad, es una pérdida de tiempo y no aguardaré otro Eón.
Cuando la vida se esfuma sin dejar rastro, y la esperanza se pierde en los brazos del tiempo, yo no esperaré ni vacilaré; avanzaré con determinación. Si el tiempo es una melodía, no esperaré su repetición, he terminado de despedirme y decir adiós. No permitiré que este lugar opaque mi derecho de nacimiento, no esperaré otro Eón.
Con impaciencia, atravieso la tierra frente a mí, hueso con piedra, sangre y sudor unidos. No puedo escuchar la voz que susurra temores cuando mi corazón late con fuerza en mis oídos. Todo lo que veo en mi mente no es lo que he dejado atrás, sino todas las cosas que he estado perdiendo en ese Eón perdido.
Atrapado y aislado, el tiempo se descoloca, una eternidad es lo que parece un momento cuando estoy perdido en este sueño, cuando no puedo hablar y no puedo gritar, y no puedo sentir nada. ¡No esperaré otro Eón!