La Tlahuelpuchi

ANÁLISIS | SIGNIFICADO

Escuchaba el llanto de mi bebé desde su habitación, así que rápidamente reduje el volumen de la radio. Al llegar, encontré su sangre salpicada en el armario, sintiendo la culpa desde aquel momento de tormento. Aquella mujer no tenía pies normales, ni dedos en las manos, siendo una criatura extraña con atributos singulares.

Mi pequeño To quedó drenado, con su mente destrozada, y mi ex esposa no pudo creer lo sucedido. Le dije que era una bruja que vino a llevarse a nuestro bebé, sumido en un delirio que invadió mi ser. Aún puedo recordar cómo escapó, transformándose en fuego y volando hacia la cima de la montaña donde ahora permanezco.

He buscado a la bruja todos estos años, luchando con ambición por lo que me debía: un niño. Todas las noches la he soñado, anhelando con fervor y sintiéndome prisionero de su influencia oscura. Sé que está maldita, marcada por la sangre de su linaje, desafiando su propia leyenda ancestral.

Ella no comprende el juego, desafiándola a acercarse al fuego sin temor, desafiando si desea devorar mis dedos. Ya no tengo nada que perder, confrontándola para que sacie su sed insaciable, mientras el fuego arde sin control a su alrededor.

Desde Tlaxcala migró, cruzando las tijeras y sembrando el terror en las mujeres y sus hijos. Despertando fantasías que desatan el caos, siempre cazándonos con su instinto primitivo. Su lengua de colibrí me envuelve en sensaciones desconocidas, haciéndome cuestionar si ve algo en mi reflejo.

El Tahuelpuchi, dador de bebés, no es una bruja, es tu fantasía más grande.