ANÁLISIS | SIGNIFICADO
Había una vez una niña que desde muy temprana edad tuvo que aprender a crecer en medio de una guerra en su propio hogar. Sin saber dónde encontrar refugio en medio de la tormenta, presenciaba el dolor en el rostro de su madre cada vez que los puños de su padre la lastimaban. Escuchando los gritos, se refugiaba en su cuarto, esperando que todo acabara pronto.
El daño afecta a mi padre, pero el daño es compartido. Aún recuerdo lo asustada que me tenías, mi madre es mi fuerza por todo el amor que me brindó. Cada mañana al despertar, miro hacia atrás y me digo a mí misma: estoy bien.
Muchas veces me pregunto por qué cargo esta culpa, cuando fuiste tú quien me ayudó a construir estas paredes que me resguardan. Las sombras que atraviesan la puerta me hacen recordar el eco de una niña gritando 'No más, por favor, papi'. No entiendes el daño que has causado, para ti es solo un recuerdo, pero para mí sigue siendo presente.
El daño afecta a mi padre, pero el daño es el mismo. Aún recuerdo lo asustada que me tenías, mi fuerza es mi madre por todo el amor que me dio. Cada mañana al despertar, miro al ayer.
No es fácil olvidar todas las marcas que dejaste alrededor de su cuello, ni los momentos en los que me arrojabas contra las frías escaleras. Todos los días temía regresar a casa, con miedo de lo que podría encontrarme.
El daño afecta a mi padre, pero el daño es el mismo. Aún recuerdo lo asustada que me tenías, mi fuerza es mi madre por todo el amor que me dio. Cada mañana al despertar, miro al ayer y me repito: estoy bien.
Estoy bien, estoy bien.
