ANÁLISIS | SIGNIFICADO
La luz del sol entra por la ventana en esta tranquila mañana de martes, sorprendiéndome directamente en los ojos. Recuerdo que olvidaste cerrar las cortinas anoche, pero sí, fui yo quien lo olvidó. Echo de menos el aroma del café negro por las mañanas, el sonido del agua salpicando en el baño, y el beso que solías darme aunque estuviese durmiendo. Sin embargo, disfruto de la sensación de tener unos pocos pies extra de espacio en la cama. El teléfono suena, pero decido no contestar, porque todos saben que las buenas noticias siempre duermen hasta el mediodía.
Opto por un desayuno de té y tostadas nuevamente, quizás acompañado de un poco de televisión. ¡No hay leche! Ay, cómo odio eso. Decido ir a la esquina y comprar el desayuno con Jenny, quien hoy tiene un ojo morado. Le pregunto cómo le sucedió, y me cuenta que Bobby se descontroló un poco la noche anterior.
Al llegar la hora del almuerzo, empiezo a marcar tu número, pero recuerdo y decido encender algo para fumar. Prefiero escuchar a Coltrane que tener que lidiar con todo eso otra vez. Hay algo especial en pasar una tarde sin hacer nada, simplemente escuchando vinilos y observando cómo cae el sol, pensando en cosas que no necesitan tener sentido. Esta rutina no se romperá por el sonido de las llaves rasgando la cerradura.
Quizás esta noche sea ideal para ver una película, con mucho espacio para mover los codos y las rodillas, un paquete de palomitas solo para mí, en blanco y negro con una fuerte protagonista femenina. Si no me gusta, no habrá debate, simplemente me marcharé.
De repente, siento algo que había olvidado, lo extrañas que parecen estas calles cuando estás solo en ellas, cada par de ojos llenos de sugerencias. Bajo la cabeza y me apresuro de regreso a casa, sintiendo una mezcla de furia por dentro.
Curiosamente, nunca antes me había percatado del sonido de los tranvías al pasar por mi ventana, lo que me recuerda que una vez más olvidé cerrar las cortinas. Sí, puedo admitir que hay momentos en los que te extraño, especialmente ahora que necesitaría que alguien me abrazara. Sin embargo, hay cosas que no pueden ser perdonadas y debo decirte que me agrada tener estos pocos pies extra de espacio en mi cama.
