ANÁLISIS | SIGNIFICADO
En la oscuridad, como niños jugando sin parar, corremos sin rumbo por las calles, sedientos de emociones fuertes. Sin pedir permiso, nos dejamos llevar hacia lo desconocido. Aunque aparente frialdad, en realidad buscamos conexiones reales en este mundo superficial de clubs y luces brillantes. Anhelamos algo más que una vida sin sentido, pero a veces parece inevitable caer en esa corriente.
Entre sombras, un asesino acecha, listo para arrebatar vidas y desentrañar mentiras. Una danza macabra que da vida a la muerte una y otra vez. El olor del sudor simplemente seduce, los latidos del corazón no cantan para mí. Corren los pies, corre la sangre, mi esencia fantasmal pronto se fundirá con la tuya de forma etérea.
En esta vorágine de sensaciones, el hambre de perros callejeros y el ansia de vivir nos consume, sin pedir compasión ni piedad. No se trata solo de deseos carnales, sino de encontrar significado en medio del caos. La ciudad bulle con vida, incontenible e implacable.
Ahora, la oscuridad se desvanece, y la verdad se revela. Aunque no me arrepiento, el final es inevitable y llega con un velo de melancolía. Toda esta red de juegos y confianza se desdibuja en la penumbra que nos envuelve. Es hora de descansar y dejar que el polvo se lleve nuestras cenizas, en un último suspiro de eternidad.