ANÁLISIS | SIGNIFICADO
Una sola piedra helada, un corazón caliente arrastrado. Así es este mundo, un reino de musas con miradas ausentes. En medio de la frialdad, yo mantengo vivo el fuego, mientras la luna nos observa con su rostro vacío, recordándonos que esto no es un juego.
En la fila de posibilidades, el mundo espera su turno, siguiendo su curso en las profundidades de las autopistas. Sin equipaje, viaja el mundo, mientras yo colecciono maletas y recorro las cunetas atardeciendo paisajes.
El olvido se esparce como sombra, envolviendo lo bueno y borrando lo malo como un regalo envenenado. La frágil belleza del mundo contrasta con la tristeza tranquila y el pozo negro de mis pupilas, mientras el aire enrarecido azota y las estrellas se desvanecen, reemplazadas por bombillas provisionales.
El mundo caído, incapaz de remontar el vuelo, nos deja con un horizonte partido y el destino en pausa. Se despide, dejando un '¡hasta nunca!' en el espejo, mientras el sol se despide lentamente y el final del verano se vislumbra en las líneas de mi mano.
En busca del palpitar de las cosas, del color del ser que corre entre campos de rosas, del latir de una corazonada. Porque el mundo, en su frialdad, sigue siendo una piedra helada, que nos recuerda que en medio de la dureza, podemos encontrar belleza y vida. ¡Qué hermoso es transitar por los sentimientos y reflexiones que nos brinda esta canción de Diego Vasallo!