ANÁLISIS | SIGNIFICADO
En una época lejana, recuerdo cómo la música solía hacerme sonreír y me hacía sentir que si tuviera la oportunidad, podría hacer bailar a la gente y tal vez, hacerles felices por un tiempo. Pero el frío de febrero me hizo estremecer con cada periódico que entregaba, con malas noticias en la puerta de casa, incapaz de dar un paso más. No puedo recordar si lloré cuando leí sobre la viuda del fallecido, algo me conmovió profundamente por dentro, el día en que la música murió.
Adiós, adiós, Señorita American Pie, conduje mi Chevy hasta el dique, pero estaba seco y aquellos buenos chicos bebían whisky y centeno, cantando “este será el día en que muera”. ¿Acaso has escrito el libro del amor y tienes fe en un Dios? ¿Crees en el rock and roll? ¿Puede la música salvar tu alma mortal y enseñarme a bailar lentamente?
Sé que estás enamorada de él, porque te vi bailando en el gimnasio, ambos descalzos, disfrutando de los ritmos y blues. Yo era un solitario adolescente con una rosa en la solapa y una camioneta, pero sabía que tenía mala suerte, el día en que la música murió. Empecé a cantar.
Ahora, durante diez años hemos estado solos y la hierba crece en una piedra rodante, pero no es como solía ser. Cuando el bufón cantaba para el rey y la reina con un abrigo prestado de James Dean y una voz que venía de ti y de mí. Mientras el rey miraba hacia abajo, el bufón le robó su corona espinosa, no se llegó a un veredicto en la sala del tribunal. Mientras Lennon leía un libro sobre Marx, el cuarteto practicaba en el parque y cantábamos lúgubres canciones en la oscuridad, el día en que la música murió.
Helter Skelter en un caluroso verano, los pájaros huyeron con un refugio antinuclear, cayendo rápidamente desde ocho millas de altura y aterrizando en el pasto. El medio tiempo olía a perfume, los sargentos tocaban una marcha, todos nos levantamos a bailar, pero nunca tuvimos la oportunidad.
Y mientras los jugadores intentaban tomar el campo, la banda se negaba a ceder, recuerdas lo que se reveló el día en que la música murió. Cantamos.
Oh, allí estábamos todos en un mismo lugar, una generación perdida en el espacio, sin tiempo para comenzar de nuevo. Así que, vamos, Jack, sé ágil, Jack Flash sentado en un candelero, porque el fuego es el único amigo del diablo. Mientras lo observaba en el escenario, con los puños apretados de rabia, ningún ángel nacido en el infierno podría romper ese hechizo de Satanás.
Y mientras las llamas subían alto en la noche para iluminar el rito sacrificial, vi a Satanás riendo con deleite, el día en que la música murió, él cantaba. Conocí a una chica que cantaba blues y le pedí buenas noticias, pero simplemente sonrió y se fue. Bajé a la tienda sagrada donde escuchaba música años atrás, pero el hombre dijo que la música no sonaría.
En las calles, los niños gritaban, los amantes lloraban y los poetas soñaban, pero no se pronunciaba palabra alguna, las campanas de la iglesia estaban rotas. Y los tres hombres que más admiro, el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo tomaron el último tren hacia la costa, el día en que la música murió, y cantaban.