ANÁLISIS | SIGNIFICADO
Bienvenido a la ciudad sin miedo, un lugar donde voy a mostrarte parte del terreno, un lugar donde las reglas son diferentes y la supervivencia es la ley. En mi barrio, nadie tiene horario, donde la violencia y la dureza son moneda corriente, pero también la lealtad y el orgullo de pertenecer a un lugar único. Aquí se vive al límite, aquí se sobrevive.
Deja de hablar tonterías y de inventar historias, porque en la realidad de las calles dura y cruda, solo los fuertes sobreviven. No te cruces en mi camino, porque cuando salgas del reclusorio, tal vez te encuentre en tu propio velorio. Mi barrio no se compara, es como una fuerza imparable que apunta y dispara, sin reparos, sin miedo.
Mis rimas son mi voz, mis versos son mi arma, y con ellas rompo cualquier barrera que intentes imponer. No me callo ante la injusticia, ante la policía corrupta, ante los envidiosos que hablan a mis espaldas. Vivo cada día al límite, junto a mi pandilla, sin confiarme, porque la vida no da tregua a los que somos de la calle.
A la mexicana ricachona, la que se pone la corona, la que controla por la zona, la que fuma marihuana, una figura fuerte y desafiante, una mujer que marca su territorio y no se deja pisotear. Por personas como tú, existen personas como yo, y juntas formamos un equilibrio imperfecto pero necesario en este mundo lleno de contrastes y desafíos.
Cierra la boca, porque mi presencia es suficiente para hacer callar a los incrédulos, y el Pinche Mara ya lo ha dejado claro. No subestimes mi poder ni el de mi pandilla, porque estamos aquí para quedarnos, para desafiar las adversidades y seguir adelante, con determinación y valentía. ¡Que resuene nuestra voz en las calles, que nadie nos detenga!