ANÁLISIS | SIGNIFICADO
En California, en lo alto de la montaña, nació un hombre que encontró en grafitar paredes su pasión. Pero ahora su estilo ha evolucionado, ya no hace alarde de dinero, prefiere plasmar tatuajes en su piel para mantenerse auténtico. Con su porte y ropa de marcas como Bape y Gucci, no hay envidioso que se le compare.
Ha tatuado a raperos y a artistas mexicanos, con diamantes brillando en su cuello, donde cuelga con orgullo su apodo: Neyer. En las calles se formó, el arte le guió y se mantuvo lejos del contrabando, manteniéndose firme en su camino.
Dos angelitos en su cuello lo protegen mientras circula en su Mercedes, disfrutando de la vida con su coquita y Hennessy, rodeado de fiestas interminables donde las mujeres llegan sin parar. Brilla con sus tatuajes, su estilo único y su personalidad auténtica.
El Neyer, como se hace llamar, es un ícono para todos en su mundo, un artista callejero que ha sabido ganarse su lugar en el escenario de la vida.