ANÁLISIS | SIGNIFICADO
En esta cautivadora canción de Gloria Trevi, se pintan los contrastes de la vida con metáforas poderosas. Comienza evocando un verano abrasador que con el tiempo se convierte en un invierno de alma helada, cuestionando el inicio de ese cambio. Se construyeron murallas y luces que ahora parecen opacadas, reflexionando sobre cómo llegaron a ese punto.
La canción nos invita a cuestionar la fragilidad de nuestras acciones y emociones, comparándonos con cristales que pueden romperse con facilidad. Nos muestra cómo la vida puede darnos golpes inesperados que nos quitan las máscaras que llevamos puestas. A pesar de creernos invencibles y desafiar lo imposible, finalmente reconocemos nuestra vulnerabilidad ante lo invisible.
El coro nos recuerda que, a pesar de todo, seguimos siendo seres frágiles, demasiado frágiles. Sin embargo, también nos anima a sanar nuestras heridas con amor y empezar de nuevo. Cada cicatriz nos moldea de nuevo, convirtiéndonos en una versión mejorada de nosotros mismos.
En definitiva, esta canción nos lleva en un viaje emocional, recordándonos que, aunque frágiles, también somos capaces de superar lo impensable y aprender de nuestras experiencias más difíciles. Una oda a la fortaleza que se encuentra en nuestra vulnerabilidad.
