ANÁLISIS | SIGNIFICADO
En una noche en la montaña, la nieve brilla blanca y pura, sin huellas a la vista. En medio de un reino de aislamiento, parece que soy la reina. El viento aúlla como una tormenta en mi interior, y aunque he intentado contenerlo, no puedo. Me urge mantenerlo oculto, pero ya todos saben. Es entonces cuando decido dejarlo ir, liberarme de todo lo que me retenía.
Dejo ir todo lo que me aprisionaba, ya no puedo contenerlo más. Me alejo y cierro la puerta, sin importarme lo que puedan decir. Dejo que la tormenta continúe, pues el frío nunca ha sido un obstáculo para mí. Sorprende cómo la distancia hace que todo parezca más pequeño y los miedos que me controlaban ya no pueden alcanzarme. Es hora de descubrir mis límites y romper las reglas, sin ataduras ni normas que me limiten. Soy libre.
Me uno al viento y al cielo, aceptando que nunca me verán llorar. Aquí me quedo, firme y decidida, permitiendo que la tormenta siga su curso. Mi poder trasciende a través del aire y la tierra, mi alma se despliega en formas congeladas a mi alrededor. Una idea se cristaliza como un viento helado: no hay vuelta atrás, el pasado quedó atrás.
Y así, me elevo como el amanecer, dejando atrás a esa chica perfecta que ya no soy. Aquí permanezco, bajo la luz del día, permitiendo que la tormenta continúe mientras yo permanezco inquebrantable. El frío nunca fue un problema para mí, de cualquier manera.