ANÁLISIS | SIGNIFICADO
En una fiesta radiante donde todo parecía brillar, nuestros caminos se cruzaron sin esperarlo y quise acercarme a saludarte. Tu mirada fingió olvidarme, ocultando tras una sonrisa forzada el secreto de tu nuevo matrimonio.
Durante toda la noche, te vi bailar con él, tus ojos evitaban cruzarse con los míos. En medio de la música y la alegría, me quedé sin saber si en tu rostro se reflejaba la felicidad o el dolor, rememorando aquel primer amor.
Con tan solo 12 años, te elevabas para darme un beso, yo te decía que tenía 16. Juntos regresábamos a casa desde la escuela, sin temor alguno hacia el futuro. Aquellos instantes de complicidad se convirtieron en bellos recuerdos que perduran en mi memoria.
Los domingos por la tarde, solía invitarte a pasear, mi pequeño amor de la infancia, con sueños de playas y castillos de arena. Aunque el tiempo se encargó de llevarse aquellas ilusiones, siempre guardo en mi corazón la sensación de mi primer amor.
Y de nuevo, toda la noche te vi bailar con él, tus ojos evitaban los míos, sin poder discernir si en tu rostro se escondía la dicha o la tristeza, reviviendo así aquel primer amor que marcó mi existencia.
Así fue la historia de dos corazones que se encontraron en el pasado, bailando al compás de la nostalgia y la melancolía, sin dejar de recordar ese primer amor que perdura en el alma. ¡Qué melodía tan bella nos regala el recuerdo de lo que una vez fue!