ANÁLISIS | SIGNIFICADO
En medio del bullicio de la fiesta incipiente, la música de la banda de la portada resonando en tus manos con ese teléfono zumbador e inútil, las indicaciones para llegar a la reunión. La vieja estación de radio que simplemente conduce hasta que se desvanece. Chica, perdámonos esta noche.
Porque cuando haces esa cosa allí, volteando tu cabello, cariño, lo juro. No creo que sepas lo que me estás haciendo. Tienes mi corazón brincando un latido. No estás lo suficientemente cerca para ese espacio entre tú y yo. Perdámoslo. La forma en que bailas, balanceándote con la música. Chica, ese cuerpo y cómo lo mueves. Cada vez que cruzas mi mente, pierdo el control. Sí, lo pierdo. Sí, lo pierdo.
Comencemos con esos Luke Caseys, nena, tíralos al piso. Y las horquillas que sujetan tu cabello, chica, ya no las necesitas. Ese vestido colgando de tu hombro mientras te acercas un poco más. Sí, perdámoslo esta noche, sí, chica.
No creo que sepas lo que me estás haciendo. Tienes mi corazón brincando un latido. No estás lo suficientemente cerca para ese espacio entre tú y yo. Perdámoslo. La forma en que bailas, balanceándote con la música. Chica, ese cuerpo y cómo lo mueves. Cada vez que cruzas mi mente, pierdo el control. Sí, lo pierdo. Sí, lo pierdo.
Porque cuando haces esa cosa allí, volteando tu cabello, cariño, lo juro. No creo que sepas lo que me estás haciendo. Tienes mi corazón brincando un latido. No estás lo suficientemente cerca para ese espacio entre tú y yo. Perdámoslo. La forma en que bailas, balanceándote con la música. Chica, ese cuerpo y cómo lo mueves. Cada vez que cruzas mi mente, pierdo el control. Sí, lo pierdo. Sí, lo pierdo.
Sí, lo pierdo. Sí, lo pierdo. Chica, lo pierdo. Sí, lo pierdo.