ANÁLISIS | SIGNIFICADO
En esta emocional adaptación de la canción 'Take Me To Church' de Hozier interpretada por Kiesza, la voz de la cantante se eleva para expresar la intensidad de un amor único. Desde el principio, somos introducidos a una relación singular con un toque de humor, en medio de la desaprobación de los demás. La protagonista reconoce que debería haber adorado a su amante mucho antes, reconociendo su poder como última verdad en un mundo cada vez más desolado.
La letra profundiza en la idea de estar 'enfermo' desde el nacimiento, desafiando las normas establecidas por una iglesia que no ofrece certezas absolutas. En lugar de seguir dogmas vacíos, la protagonista encuentra su lugar de adoración en la intimidad de la alcoba, donde experimenta un paraíso único compartido con su amada. A pesar de nacer con ese supuesto 'pecado', abraza su individualidad y encuentra belleza en su esencia innata.
A lo largo de la canción, se establece un contraste entre la religión convencional y la devoción hacia la pareja, presentando la relación como un acto sagrado lleno de pasión y entrega. Se plantea la idea de sacrificar un 'algo' precioso para mantener viva la llama de la devoción, en un mundo donde la fe y el deseo se entrelazan de manera poderosa. La intensidad de la letra nos invita a reflexionar sobre la pureza que puede encontrarse en medio de los placeres terrenales y las experiencias más humanas.
Al final, la canción nos sumerge en un ambiente de profunda emotividad, donde se cuestionan las jerarquías y rituales establecidos, y se celebra la inocencia presente en los pecados compartidos. En esta narrativa apasionada, Kiesza nos invita a explorar la dualidad de la naturaleza humana, encontrando redención a través del amor y la entrega total.