Inmigrantes

Biografía de Inmigrantes

Desde que nacieron hasta que cumplieron nueve años vivieron en tres o cuatro casas. Siempre en barrios del Sur de la ciudad. Cuando se instalaron en ésa que fue la que perduraría hasta hoy, apareció el espacio para que algo que andaba por ahí empezara a llamarles la atención, a divertirlos: la guitarra criolla de Ricardo, el marido de su madre. Por entonces ya tenían 11 años, tenían un maestro de la música en casa y el resto lo iban a ir aprendiendo por su cuenta. La decisión convencida de dedicarse a hacer música llegó un año después de la mano de una situación que, con el tiempo, se convirtió en una anécdota de la infancia.

Carlos y Pablo estaban en el último año de la primaria, se acercaban los preparativos para el festejo escolar del día del maestro y cada grado tenía que preparar algún “número” o presentación al estilo de la prenda “Yo sé” del programa “Domingos para la Juventud”. Los gemelos se ofrecieron para cantar acompañándose con la guitarra criolla que tenían, algo que en la escuela no era nada habitual. A medida que se acercaba la fecha, pensaron que acompañarse con una guitarrita iba a ser aburrido, entonces propusieron tocar con guitarra eléctrica y batería. Ya estaba todo arreglado, salvo por algunos detalles técnicos: no tenían guitarra eléctrica ni batería. Pero tampoco podían dar vuelta atrás.

Entonces fue Ricardo (Ricky) quien apareció con la solución para el día de la presentación y recién el día después los gemelos se enteraron de todo el esfuerzo económico y personal que él había hecho para conseguirles todo. La cuestión es que llegaron con todo listo para el día del festejo escolar, pero todavía faltaban considerar algunas cositas: era la primera vez que Carlos se sentaba frente a una batería, los temas que habían decidido tocar (uno de Pappo y otro de La Renga) nos les quedaban muy bien para su tono de voz, no habían podido ensayar y no tenían pie de micrófono. Ese día todo se pudo arreglar, el pie de micrófono fue suplantado por un compañero que sostenía el micrófono y que, al final, terminó ayudando a cantar la parte de la canción que a Pablo no le salía.
Ese fue el debut frente al público.

Un mes después, en octubre, los gemelos cumplieron años, y el regalo para Carlos fue su primera batería. Desde ahí, no pararon más: armaron sala de ensayo en esa casa de Avellaneda y a través de los años fueron sumando compañeros con los que fueron probando distintas formaciones de banda, tríos, cuartetos, cantantes, bajistas, shows en casas de amigos… Fue en esa época que encontraron más claros sus gustos e influencias musicales (Led Zeppelin, Deep Purple, Beatles, Piazzolla) y también que empezaron a componer canciones propias.
Unos años después, cuando ya tenían quince, llegó lo que hoy recuerdan como la primera gira que hicieron. Armaron un trío con Ricky en bajo y tocaron en todos los bares y pubs imaginables de Buenos Aires y sus alrededores, cargaron todos los instrumentos y a ellos mismos en un taxi y se fueron a la costa y siguieron tocando en todos los lugares que pudieron.

A los diecisiete, estaban por terminar la secundaria y pasó algo que ninguno de los dos se hubiera imaginado que iba a ocurrir. A cada uno, por separado, se le presentó una oportunidad: participar de un programa de televisión, formar parte de un grupo de música y grabar discos… fue una ventana abierta a un mundo que no conocían y a la que se asomaron curiosos. Fueron dos años en los que por primera vez en sus vidas dejaron de convivir, dejaron de tocar juntos.

Cuando se cerró esa etapa, se desencadenaron muchas cosas.
Ambos volvieron a vivir a la casa de Avellaneda, pero ahora estaban solos porque su madre se había ido a vivir a España. Se reencontraron y empezaron a tocar y a componer juntos otra vez. Viajaron por primera vez a Europa y conocieron otras ciudades, otras formas de hablar, de comer, de hacer música… Y se les apareció una nueva pasión, ver horas y horas de cine, e ir para atrás y para adelante en el tiempo buscando nuevos directores, viejas versiones, películas que influenciaron a otras y las que fueron influenciadas.

En medio de todo eso empezó a surgir este primer disco de los gemelos.

Carlos y Pablo dicen que Turistas en el Paraíso es un disco de películas, en el sentido de que todas las canciones estuvieron disparadas por películas, no todas en forma directa, pero de alguna forma sí. De hecho, inclusive el título del disco es resultado de algo que viene de un film del director norteamericano Jim Jarmusch y de algo que tomaron del cineasta alemán Fassbinder que más de uno que se lo proponga podrá descubrir.

Las primeras “maquetas” del álbum las hicieron en una computadora. Los demos los grabaron en Circo Beat. La grabación final fue en los estudios Santito y Panda. Fueron hasta hoy, dos años de trabajo en este disco en el cual estuvieron acompañados por amigos y maestros como Afo Verde y por hermanos inmigrantes, como les gusta llamar a Ettore Grenci, el productor del disco. En ese tiempo, perdieron a la mujer más importante de sus vidas, y esa tristeza quedó escrita en una canción del disco, al lado de otras que son pura adrenalina y diversión…

Fuente: adriel a través de Musica.com

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