Los hijos predilectos de Dios

LETRA

Los hijos predilectos de Dios

En los tiempos y al ritmo que den
Apenas entrando el llanto ya marca bien tu piel
Marcas en la piel.

Creciendo entre sombras, separados
De aquello que ni vemos entrar ni escuchamos al lado
Hay quienes su vida entregaron,
sumándose al sueño que un día serían premiados.

Y hay quienes tomando todos los credos,
Manipulando miedos ajenos
Se autoproclamaron “hijos predilectos de Dios”.

Más ladran que muerden, siempre difundiendo temor.

En los tiempos del hambre y la sed
Cuando el cuerpo se gaste y se seque por dentro
Dime, ¿qué es lo que harán contra el juicio del tiempo?,
¿A dónde se irán los hijos predilectos de Dios?.

Más ladran que muerden y por eso les conozco mejor.

De las cosas que creímos serán, ¿cuántas hemos visto frente a todos fallar?
Por la inteligencia de algunos idiotas más.

Siempre entre las sombras, separados,
Solo un daño colateral, que marchaba buscando
“Un recuerdo para ellos de gloria”, una causa que nunca llegó.

Jamás pedí ser una baja más, ni ser visto como un área de oportunidad.
Si la juventud no es una enfermedad, que se deba de sudar
Bajo el calor de los engaños y los ideales muertos
Que contagian gente, y deslumbran a quienes pronto aprenden
Como se siente estar cerca y perderlo todo por decreto superior
“Un sepulcro para ellos de honor”…

En los tiempos y al ritmo que den, venimos entrando y marcan tu piel,
Unos antes otros después, todos gritando aprenden… a ver, a oír, creer, morir, morder…

En los tiempos del hambre y la sed, donde el cuerpo se gasta y se seca por dentro,
a todos por siempre nos llega el momento , ahora lo sé y ahora lo entiendo.

A todos nos llega siempre el momento, mostraste los dientes creyéndote eterno,
Estás contra el tiempo … oh hijo predilecto de Dios.

A todos nos llega siempre el momento, ¿qué es lo que harás contra el juicio del tiempo?.
Mostraste los dientes, ahora lo entiendo y por eso te conozco mejor.

En los tiempos y al ritmo que den, ya fuimos marcados por eso sabemos bien
Cuando el cielo no responda y tiemble bajo sus pies.
En los tiempos del hambre y la sed, ¿a dónde se irán los hijos predilectos de Dios?.