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LETRA
Pruebas
Hablemos claro, sin prejuicios, de vicios sin virtudes;
de por qué la gente siempre busca las similitudes.
Múltiples encuestas nos engañan:
por usar su crema no te sentirás más guapa.
Aprende a vivir tal como eres.
Todos tenemos complejos; busca quien te aprecie,
y no a quien le ponga tu cuerpo.
Dicen que todo va a días, y yo creo que es cierto:
días de pensar, de razonar, de tomar tiempo... me siento.
*
La vida va de prisa, y siento que nadie me espera.
Me dejo llevar por este viento, tras esferas
de quimeras desechables, de un tiempo inestable,
donde todo falta, y sabes bien qué es lo que sobra.
Te incomoda que calle, cuando no sabes lo que quiero.
Y empezar de cero es un sueño inalcanzable.
Sola, aquí me encuentro de nuevo,
divagando entre mi cuarto y tus palabras,
creando dudas como océanos:
quizás un «no», quizás un «sí»; respuestas incompletas,
porque este mar se empeña en dejar todo a la deriva.
*
Dejé de esconderme tras un folio, y sé que
lo especial de los recuerdos es que nunca vuelven.
Malgasté mi tiempo y soy consciente.
No fui yo quién presumió de vivir a contracorriente.
Siente el corazón cuando le mienten.
Te dejas llevar y la irracionalidad de dar sin esperar es tu esperanza.
Buscar brazos nuevos en los que poder soñar
es la excusa del romántico al que nadie supo amar.
Y así me va, follándome los versos que te escribo;
haciéndole el amor al odio, fruto del olvido.
Mi delito deleitó mi pleitesía.
Mi odisea es la poesía que de ti ya se esfumó.
Seremos humo en un futuro, las cenizas que un día fueron
el reflejo de lo absurdo, de lo utópico y lo efímero.
¡Despierta!
*
Buscan sentimientos que rellenen sus canciones
de esas típicas melodías de verano que no dicen nada.
Yo suelto entonaciones cargadas de estilo propio,
rebosando el sentimiento junto a un ego que sostengo.
Sí, sí.
Como lo cuento, su respeto no lo quiero.
Divisé la boca al lobo y, ¿cómo no?, le di en los morros.
Sobrecarga de alboroto; al menos en coro no escondo
lo que a la cara no digo.
Sigo prestando atención a cada paso que doy;
voy conociendo nuevos roles.
Tú no comes ni dejas comer, y eso tiene cojones.
Los cajones entreabiertos, ¿dentro escondo trapos sucios? ¡No!
Escondo repulsión hacia la gente que no pudo entender
que el respeto no se pide: el respeto es la balanza.
Tú pretendes encontrarlos entre tus poses de tía guarra.
Cosas claras… ¡por encima de mi dignidad no pasas!
*
Ámame por siempre, que yo siempre te amaré.
Dame tu calor, porque sin él mi piel no siente nada.
Un día veinticinco de este mes, todo empezó.
Seguimos un camino unidos, juntos, solos tú y yo.
Tú y yo.
*
Su historia empezó como pueden empezar el resto,
pero todo cambia, y ese niño solo jugaba con miedo.
La infancia le fue robada; le cambiaron caricias por palos.
Algo malo de la vida, que siempre, de aviso,
te hace a un lado y te olvida.
Niño triste, evaporaste la esperanza entre palizas,
y te escondes entre gritos y miradas tímidas.
Nunca se apartó, de por sí, de su familia;
su madre es esa estrella oscura que resplandecía,
bella como el mar, frágil como el viento.
Maldice ese día en que su padre consumió su aliento.
Este era la lluvia que mojaba en el asfalto:
gritos en la piel, porque siempre terminaba haciendo daño.
Siendo solo un crío, tuvo que enfrentarse a compañeros;
burlas e insultos resumían sus recreos.
El niño triste fue creciendo y se moldeaba al palo.
Si lo ves venir llorando por las calles…
