ANÁLISIS | SIGNIFICADO
En el hermoso lienzo de la creación, donde cada historia se gestó, en el rincón donde tus sueños se tejieron con amor. En el jardín de redención palpita la esencia de paz, el hogar de tu presencia. Aunque el pecado causó estragos y desgarros en la obra que con tanto esmero forjaste.
Jesús, oh divino jardín, donde yace mi dolor, llevado con amor hasta el confín. Tu amor, sublime y misterioso, en la cruz se alzó victorioso, uniendo lo que antes separó, entonando una canción de reconciliación. En la perfecta comunión, reina la armonía de tu ser y el mío, Señor de todo lo creado.
Modelado del polvo, en tu mirada nací, esculpido en tus manos me convertí. Soy tuyo, Jesús, completamente tuyo. La redención me envuelve con su abrazo sanador, entregándome a la certeza de tu gracia restauradora.
Aleluya resuena en agradecimiento, bendiciendo la magnanimidad de tu amor eterno. En tu cruz se halla la redención que nos levanta, que nos purifica, que nos escoge. Solo queda adorarte, postrarnos ante tu grandeza sin par, rendirte nuestras coronas con reverencia.
Eres el Rey supremo, en tus manos reposa nuestra fuerza y anhelo. Nuestra esperanza se cifra en Ti, oh Jesús. La alabanza y gratitud brotan como cántico eterno, agradeciendo la bondad sin par de tu amor salvador. Derramando tu gracia sobre nosotros, permitiendo que cada día sea santificado por tu presencia.
Los montes y valles entonan a coro un himno de redención, reconociendo en Ti, Señor, la fuente de nuestro auxilio y salvación. La gloria es tuya por siempre, oh Padre santo, Rey de reyes. En humilde gratitud, nos rendimos ante tu grandeza insondable, confiando en tu constante fidelidad.
Redimidos por tu sangre preciosa, lavados en tu amor inagotable. Cada día es un testimonio de tu gracia sin límites, un honor adorarte, amarte, seguirte. Tu palabra es verdad y vida, oh Dios todo poderoso. En la senda de tu gracia, descansamos seguros, confiados en tu amor eterno. Aleluya, aleluya, que tu gloriosa presencia ilumine nuestro caminar, Dios bueno.