ANÁLISIS | SIGNIFICADO
En una dulce mañana, al despertar, anhelaba abrazarte pero ya no estabas a mi lado. Al abrir la puerta, te vi con las maletas listas para partir. Sin decir una palabra, escuché tu voz diciendo que te ibas, que nuestro amor ya no existía en ti. Aunque me dolió, te perdoné y acepté que era mejor así, que era preferible que te fueras de mi hogar.
Esa mañana te perdí al entender que me dejabas. Me entregaste tu cuerpo pero no tu amor, mientras yo te ofrecía mi vida, mi cuerpo y mi alma con todo mi corazón. Recordar que te amé como a nadie en este mundo me llevó a cubrir mi cama y mis recuerdos con rosas blancas, símbolo de la pureza y la paz que deseo para ti en tu nueva travesía.
Así, con dolor pero con una serenidad en mi alma, acepté tu partida y te dejé marchar, guardando en mi memoria las dulces memorias de lo que alguna vez fuimos juntos. La vida sigue, aunque tu ausencia me duela, siempre recordaré con cariño las rosas blancas que simbolizan nuestro amor perdido.