ANÁLISIS | SIGNIFICADO
En un momento de plenitud, la presencia de la persona amada resultó ser una sorpresa inesperada. A pesar del paso del tiempo, los sentimientos siguen latentes, como un baño lleno de anhelos que brotan del alma. Sin embargo, aparecen muros que pintados de rojo nos confunden, llevándonos a danzar al ritmo de la incertidumbre y la búsqueda de la fortuna.
Observando a través de una ventana, vemos a la gente apresurada en su cotidianidad, cada uno en busca de su propia dosis de suerte. Las venas abiertas y la sangre que fluye parecen sordas a nuestras preocupaciones, pero al mismo tiempo nos recuerdan que algunas cosas son eternas e inevitablemente dulces.
En medio de esta vorágine, la presencia de aquella persona especial sigue provocando esa sensación de casualidad y suspenso, en un momento único y perfecto. Aunque no haya necesidad de volver a encontrarse, hay algo mágico en recordar la forma de sus huesos y su rostro en el mejor instante.