ANÁLISIS | SIGNIFICADO
Después de la jornada escolar, mientras camino de regreso a casa, siento la fresca suciedad bajo mis uñas y percibo el aroma del asfalto caliente. Escucho el chirriar de los autos que se detienen para dejarme pasar, intentando recordar cómo era la vida a través de las fotografías que guardamos, tratando de revivir los momentos que nos regala el pasado.
A veces, una triste canción resuena en mi mente, pero me niego a lamentarlo. Estoy agradecido de haberte conocido, pues has logrado sacudir mi mundo, hacer que cada día valga la pena a pesar de las dificultades que he atravesado. Y aunque he llorado por los cambios en nuestra realidad, sé que la lucha está cerca de terminar y estamos casi alcanzando la luz del sol.
Mientras camino por la calle, observo a personas que nunca conoceré, y en mi mente solo puedo pensar en ella, tomando aliento al sentir la melodía en el ritmo de mis pasos. A veces, una canción triste se hace presente en mi corazón, pero sigo sin poder olvidar ni arrepentirme.
El ritmo de nuestras conversaciones, la perfección de su creación, los recuerdos entrelazados con el primer encuentro. Odio amarla y amo odiarla, como un reproductor de CD averiado, con la constante sensación de ir y venir, de aquí a ya no estar.
