ANÁLISIS | SIGNIFICADO
Desperté sin comprender por qué, inmerso entre el actor y el espectador, siendo una dualidad en colores vibrantes, un singular ejemplo de bilocación. Soy un destello de luz proyectado en la mente de mi otro yo, en una experiencia paranormal y un viaje astral donde la realidad se desvanece en un charco.
Nuestra historia de amor, dramatizada para la pantalla, me hizo derramar lágrimas sumido en la butaca, una trama moral enredada, una narrativa más bien trágica, un serial sin final. Éramos una telenovela de amor, un drama televisado entre tú y yo, una historia triste sin solución para este enredo.
No hay desenlace, ni escapatoria, como en una película de terror, cada discusión es como una puñalada en un entorno rojo intenso. Es como un sueño, una pesadilla, un montaje infernal donde anhelamos que termine, para empezar de nuevo una y otra vez.
Cada escalón que bajamos en espiral nos acerca al final de este juego, el cierre del enigma de este sueño eterno, la verdad que nos lleva al desenlace. Nuestra telenovela de amor, un drama televisado entre tú y yo, llega hoy a su fin en el momento de mayor audiencia, el episodio tan esperado por todos, con la apoteosis, las catarsis y el cierre definitivo.
Sorprendentemente, cae el telón, acompañado de una ovación y un grito ahogado, anunciando la conclusión de nuestra telenovela.