ANÁLISIS | SIGNIFICADO
Cuando caen las sombras de la noche y cierro los ojos, mi mente se sumerge en un mundo de colores vibrantes y ruedas que giran sin cesar. Se escucha un idioma desconocido y veo caras de seres queridos que hace tiempo no veo, siento en mis manos un lazo mágico que me envuelve. Canciones nunca escritas brotan de mis labios y bailan en el aire, desvaneciéndose con la luz de la mañana. Permíteme soñar un rato más.
En mis sueños lejanos, me siento tan libre como el cielo de verano, nadando en océanos de un azul profundo, descansando en campos dorados. Contemplo montañas cubiertas de nieve, sin sentir el frío, esforzándome por retener esos momentos que se desvanecen con la llegada del nuevo día.
Cuando la noche envuelve mi ser y reposo mi cabeza, descubro cajas llenas de recuerdos y antiguas películas que una vez me hicieron reír. El eco de la risa de mi hermana en las playas de México resuena en mis oídos, donde la fosforescencia brilla bajo la luna y las estrellas parpadean en el firmamento, desapareciendo como destellos fugaces. Anhelo un lugar al que no puedo llegar, aferrándome a la nostalgia con fuerza, sabiendo que estos instantes también se desvanecerán con la aurora.
Entonces, si me encuentras sumido en un profundo sueño, como un niño indefenso, por favor, permíteme disfrutar de este momento de libertad y felicidad. No me despiertes aún, deja que siga soñando un poco más, anclado en un mundo donde la realidad se difumina y los recuerdos cobran vida.