BAGDAD (Cap.7: Liturgia)

BAGDAD (Cap.7: Liturgia)

Rosalía

ANÁLISIS | SIGNIFICADO

En medio de la oscuridad de la noche en Bagdad, una misteriosa figura se destaca entre las sombras. Con cabello negro y ojos oscuros, su presencia es cautivadora pero melancólica. Sentada en soledad, aplaude rítmicamente al compás de las bulerías, como si estuviera rezando.

A su alrededor, la gente pasa desapercibida, absorta en sus propios asuntos y sin percatarse de su presencia. Atrapada en su propio infierno emocional, la figura continúa aplaudiendo, juntando y separando las palmas en un ritual hipnótico y casi sagrado.

En un momento de introspección, un ángel caído emerge de las luces, con una marca en el alma que la figura no logra ver. Con devoción, continúa aplaudiendo, prendada de sus penas y consciente de que Dios algún día le pedirá cuentas.

Las llamas que rodean a la figura simbolizan su destino inevitable, como si estuviera destinada a arder en el fuego purificador del cielo. A pesar de la soledad y el sufrimiento, ella sigue allí, aplaudiendo en un acto de resistencia silenciosa y resignación.

En un eterno ciclo de juntar y separar las palmas, la figura parece atisbar un destello de luz en medio de la oscuridad, quizás encontrando consuelo en la repetición de un gesto tan simple y a la vez tan significativo. Y así, en medio de la liturgia de su propia tragedia, sigue adelante, única en su dolor y su belleza, perdida en la noche de Bagdad.

Letra de BAGDAD (Cap.7: Liturgia)
Vídeo de BAGDAD (Cap.7: Liturgia)