ANÁLISIS | SIGNIFICADO
En el misterioso bosque vive Ana, una mujer única que se adentra en el lago en busca de ranas todas las mañanas. Sin adornos ni condimentos, las devora crudas y parece perderse en una especie de trance culinario. Los fines de semana, sorprende a su madre y a sus numerosas hermanas con exóticas hamburguesas de ancas con esputos y almorranas, así como sándwiches de batracios con pulgas enanas.
En sus reuniones, curiosamente encuentras su nevera repleta de ranas congeladas, dándote pistas sobre su extraña pasión culinaria. Y en las noches oscuras, Ana se convierte en una especie de cazadora de ranas, colocando trampas en charcas y no dejando escapar ni una sola presa.
Tras cada peculiar banquete, Ana se acerca a la cama de quien narra la historia, enroscándose alrededor de su cuello como una serpiente. ¿Será acaso que Ana no es humana, sino una culebra en forma de mujer?
El ritmo pegajoso de la canción nos invita a sumergirnos en el mundo surrealista y misterioso de Ana, la devoradora de ranas, sapos y batracios. Una historia que combina lo bizarro con lo encantador, manteniendo nuestra curiosidad y asombro hasta el final. ¡Comerranas, comerranas, comerranas!