ANÁLISIS | SIGNIFICADO
En un mundo donde el amor parecía estar reservado para los cuentos de hadas, creía que no era para mí. La desilusión acechaba mis sueños, y sentía que el amor me evitaba a toda costa. Pero algo cambió cuando vi su rostro; de repente, todo cambió. Ya no quedaba ni rastro de dudas en mi mente, me di cuenta de que estaba realmente enamorado. No podía negarlo, no importaba cuánto lo intentara. Pensaba que el amor era algo dado, pero cuanto más daba, menos recibía. ¿De qué servía intentarlo si todo lo que obtenía era dolor? Cuando anhelaba la luz del sol, solo llegaba la lluvia. Pero de nuevo, al ver su rostro, me transformé en un creyente. No quedaba ni una pizca de duda en mi mente. Estaba enamorado, profundamente y sin reservas. Porque al final, al ver su rostro, me convertí en un creyente. Sí, sí, sí, sí, sí. ¡Soy un creyente!
