ANÁLISIS | SIGNIFICADO
En esta melodía, Zezé di Camargo e Luciano nos sumergen en un torbellino emocional donde el amor y la pasión se entrelazan con la compleja realidad de una relación clandestina. Las metáforas de ser consumido y abrazado por el amor, similar a la unión del mar y el río, pintan un cuadro de intensidad y entrega. Sin embargo, también se vislumbra un vacío que se asoma cuando la otra persona se va, dejando atrás la fugaz intensidad del momento compartido en un motel.
Las letras describen la urgencia y la intensidad del deseo, con ambos amantes sumergidos en un juego peligroso y excitante. Se mencionan las acciones fugaces y desesperadas después del encuentro, como quitarse el aroma del otro bajo la ducha, como intentando borrar evidencias de un amor que sabe a prohibido y equivocado pero que los mantiene atrapados en un ciclo de deseo y adicción.
A pesar de reconocer la naturaleza prohibida y errónea de su relación, el protagonista confiesa su adicción a esa pasión secreta, fácil de manipular y de utilizar. Se presenta como un amante disponible a merced de la llamada de su pareja, asumiendo voluntariamente el papel de ser su 'amor de motel', aceptando su destino en esta historia clandestina y apasionada.
En el trasfondo de estas letras, se esconde la dualidad entre la lujuria desenfrenada y la conciencia de lo incorrecto, creando una tensional emocional que se desarrolla en un tono melódico y envolvente. La canción, a través de una combinación de melodía y letras, logra transmitir la complejidad de las emociones y decisiones en una relación marcada por la clandestinidad y la intensidad del deseo humano.