ANÁLISIS | SIGNIFICADO
Acompáñame en este viaje por el cuarto instituto, un espacio donde los sueños se hacen realidad y el espíritu se libera a través de cada palabra escrita, aprendiendo a volar. En medio de la penumbra, el rap se convierte en mi lenguaje táctil, con la mirada perdida en un tiempo y un espacio sin límites, inmerso en un baile de rimas y emociones donde el pasado se entrelaza con el presente, transformando los malos recuerdos en sueños llenos de esperanza. Mi mente se desconecta, mientras mi cuerpo permanece presente, protegido bajo una coraza de rutina laboral, en un constante esfuerzo por encontrar la paz y seguir adelante a pesar de las incertidumbres del amor y la vida.
Cada beso, cada abrazo, se convierten en alas que me permiten volar, mientras mis palabras son balas que no se amilanan, consciente de que el trabajo es un anzuelo al que todos muerden, donde el dinero se convierte en cebo en un juego constante de ganar y perder. Mi verdad encuentra refugio en un plano espiritual, con la mirada perdida en la nada, buscando consuelo en la introspección de mis propios pensamientos, manteniéndome despierto en un ritual nocturno que transforma la realidad en una experiencia virtual.
En medio de recuerdos y sueños inconclusos, busco en el cielo un respiro, lejos de la vorágine del día a día. Vive nuevas experiencias, busca la paz en medio del caos, y en cada verso, en cada estrofa, renace la pasión por el rap, por la música que nos define. A pesar de los desafíos y las decepciones, sigo adelante con amor y dedicación, vendiendo pedazos de vida a través de rimas y ritmos que nos definen como artistas. En este universo de versos y rimas, encontramos la verdadera esencia de lo que somos, y aunque el camino sea incierto, preferimos seguir soñando despiertos que rendirnos ante la adversidad.
