ANÁLISIS | SIGNIFICADO
En la serenidad de la noche, una suave nana se desliza en el aire, acunando con delicadeza el sueño de una niña. La melodía se entrelaza con el murmullo cristalino de una fuente y el llanto melodioso de un ruiseñor en la selva. Todo se detiene mientras la cuna se mece suavemente en la penumbra, envolviendo a la pequeña en un manto de paz y quietud. La canción, como un susurro maternal, invoca la protección y el descanso, infundiendo en el ambiente una sencilla y profunda ternura. Un canto atemporal que celebra el sueño y la tranquilidad, bendiciendo con cada nota el dulce reposo de la niña.
