La Ultima Luna

La Ultima Luna

EMMANUEL

ANÁLISIS | SIGNIFICADO

La séptima luna brillaba sobre el Luna Park, ofreciendo un crepúsculo que iba de la feria a un bar. En medio de todo, el Ángel Santo se lamentaba de la contaminación que respiraba, mostrando su fortaleza física pero también su fragilidad interior con sus alas maltrechas.

La sexta luna revelaba el alma atormentada de un desdichado que, a pesar de maldecir su existencia, aún encontraba motivos para sonreír. Cuatro noches sin comer, con las manos manchadas de carbón, tocando el corazón de una mujer que, sin saberlo, creía tener el control de la situación.

La quinta luna inspiraba terror, era la cabeza de una dama que, sintiendo la cercanía de la muerte, disfrutaba del billar con elegancia. Grande y refinada, quizás enferma al sangrar por la oreja, pero lejos de rendirse.

La cuarta luna era como una cuerda de prisioneros, avanzando por los rieles de un tren viejo con los pies heridos y las manos sin guantes. A pesar de la aparente desesperación, el cielo permanecía sereno, indicando que tal vez no había tantos cautivos como se creía.

La tercera luna provocó pánico, con una envergadura que hacía recordar la presencia divina. Las risas se apagaron, las luces se apagaron, y una sensación de caos se apoderó de la gente, provocando una huida masiva de vuelta a sus hogares mientras el invierno parecía regresar por una sola noche.

La segunda luna sembró el caos entre los gitanos, algunos llegaron al extremo de amputarse un dedo. Otros corrieron al banco para hacer transacciones, sumiendo todo en confusión, lo que llevó a la mayoría a huir a la estación con hijos y perros en busca de refugio.

La última luna fue presenciada solo por un recién nacido, quien con ojos profundos y sin lágrimas, tomó la luna entre sus manos y salió volando por la ventana con grandes alas, proclamándose como el hombre del mañana.

Letra de La Ultima Luna
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