ANÁLISIS | SIGNIFICADO
Imagina en primer lugar expresar todas las palabras en mi mente. Estoy lleno de energía y cansado de cómo han sido las cosas, oh-ooh, la forma en que han sido, oh-ooh. No me digas lo que crees que podría ser, soy el que está al timón, soy el maestro de mi mar, oh-ooh, el maestro de mi mar, oh-ooh.
Desde joven estuve roto, llevando mi melancolía a las masas, escribiendo mis poemas para unos pocos que me miran, se acercan a mí, se estremecen conmigo, me sienten. Cantando desde el dolor, desde las venas tomando mi mensaje, enseñando mi lección desde el cerebro, viendo la belleza a través del dolor.
El dolor, me hiciste creer, me hiciste un creyente. Me derribas y me reconstruyes, creyente, creyente. Deja que las balas vuelen, deja que lluevan. Mi vida, mi amor, mi impulso, todo vino del dolor.
Lil Wayne llega con fuerza, imaginando lo que está por suceder. Uniendo fuerzas con los Dragones, vamos a enloquecer, no hace falta imaginarlo. Esto es lo que está sucediendo, cantando con precisión.
El dolor, me hiciste creer, me hiciste un creyente. Me derribas y me reconstruyes, creyente, creyente. Deja que las balas vuelen, deja que llueva. Mi vida, mi amor, mi impulso, todo vino del dolor.
Por la gracia del fuego y las llamas, eres el rostro del futuro, la sangre en mis venas, oh-ooh, la sangre en mis venas, oh-ooh. Nunca vivieron, fluctuaron, inhibidos, limitados hasta que se abrieron y llovió, llovió como...
El dolor, me hiciste creer, me hiciste un creyente. Me derribas y me reconstruyes, creyente, creyente. Deja que las balas vuelen, deja que lluevan. Mi vida, mi amor, mi impulso, todo vino del dolor.