ANÁLISIS | SIGNIFICADO
En medio de un caos apocalíptico, surge un ser incomparable: mitad hombre, mitad máquina, conocido como el Painkiller. Cabalga un monstruo de metal, exhalando humo y fuego, cerrando la distancia con venganza en lo alto. Es el salvador que las planetas devastadas y la humanidad desesperada han estado esperando, descendiendo de los cielos para responder a sus ruegos.
Atravesando nubes de truenos y lanzando relámpagos de acero, el mal sucumbe bajo sus mortales ruedas. El Painkiller avanza más rápido que una bala láser, más estruendoso que una bomba atómica, con un brillo cromado que supera a mil soles. Elevándose en éxtasis, se alza valiente y libre, liberando a los cautivos y devolviendo la vida a los que yacían en la tumba.
Con la humanidad resucitada, destinada a sobrevivir eternamente, regresa de Armagedón a los cielos como el definitivo Painkiller. Con alas de acero y ruedas mortales, su presencia es sinónimo de alivio y justicia en un mundo asolado por el dolor. ¡No hay forma de detener al Painkiller, su esencia es pura determinación a erradicar el sufrimiento! ¡Dolor! ¡Asesino! ¡Dolor! ¡Asesino! ¡Dolor! ¡Dolor! ¡Asesino! ¡Asesino! ¡No se puede detener al Painkiller! ¡Dolor! ¡Dolor!