The Vines

Biografía de The Vines

Vertiginoso ascenso Biografía En una era cargada de grandes promesas y esperanzas en el panorama del rock, el joven cuarteto de Sydney, Australia, llamado The Vines, y su álbum de debut, Highly Evolved, se han convertido en la revelación del 2002. Su trabajo huele a adolescencia solitaria escuchando a los clásicos a través de auriculares a volúmenes letales hasta que sus influencias puras se abrieron camino para plasmarse en una grabadora de cuatro pistas, desde lo más profundo de sus corazones y sus maltrechos amplificadores. Producido por Rob Schnapf (Beck, Guided By Voices, Foo Fighters, Elliott Smith) en el templo originario del sonido en L.A., Sunset Sound Factory (allí donde Led Zep y los Stones hicieron historia), Highly Evolved es una inyección confiada y melódica de rock auténtico con un toque de extasiada sicodelia que una NME sin resuello denominó “una síntesis perfecta de los Beatles y Nirvana”. Sin vergüenza alguna a expresar sus verdaderos sentimientos, NME exclamó recientemente: “No es broma. Es un disco que hay que tener”. Mezclado por Andy Wallace, el primer single, “Get Free”, muestra a The Vines en todo su esplendor: armonías vocales insistentes, guitarras fracturadas y una auténtica tempestad de melodía en un tema del tamaño de una taza de té. El himno a la monotonía laboral, “Factory” (que NME convirtió rápidamente en su “Single de la semana” nada más editarse como una edición limitada de 7 pulgadas), encuentra el desconocido nexo de unión entre los Fab Four en el 68 y The Specials en el 79, antes de pisar con fuerza el pedal de distorsión. ¡Con garra! El tema que da título al disco, “Highly Evolved” (que también se alzó con la mención de “Single de la semana” en Gran Bretaña) es un trabajo de 94 segundos exactos de apabullante guitarra tsunami que permanecerá en tu mente para siempre. Y el contagioso chute de “Autumn Shade”, la envolvente balada “Mary Jane” o la alucinante epopeya de “1969” son fuente de comparaciones con referencias clásicas como Big Star, los Beach Boys y My Bloody Valentine. The Vines comenzaron a tomar forma poco a poco hace siete años como trío, cuando el guitarrista y vocalista Craig Nicholls, el bajista y acompañante Patrick Matthews y el batería originario, David Olliffe, se conocieron en la época del instituto mientras trabajaban en un McDonald’s de Sydney y escogieron su nombre en honor a una banda australiana de los 60 poco conocida llamada the Vynes (donde, por cierto, tocaba la guitarra y cantaba el padre de Nicholls). Tocaban en directo muy de cuando en cuando y se dedicaban en cambio a componer letras y a hacer grabaciones de cuatro pistas en la habitación de Nicholls. A principios del 2001, cuando aún eran unos completos desconocidos en su propia tierra, contaban ya con un arsenal de más de treinta temas. Cuando su maqueta aterrizó en XL Recordings (base británica de Prodigy, White Stripes, Badly Drawn Boy y Avalanches), las cosas empezaron a sucederse rápidamente. XL sacó inmediatamente el tema “Factory” como EP limitado de siete pulgadas, y éste pronto se convirtió en el single de la semana de NME, logrando mantenerse entre los diez temas más importantes durante la friolera de 6 semanas. Tras firmar un contrato internacional con Capitol Records en Estados Unidos en diciembre de 2001, MTV2 incluyó a la joven banda en su campaña "22 Artists 2 Watch in 2002" [“22 promesas para el 2002”] a pesar de que ni siquiera habían grabado un vídeo por aquel entonces. En enero de 2002, The Vines apareció a la cabeza del artículo de NME "2002: The New Batch", en el que la revista escogía a las 35 bandas del año. El batería originario David Olliffe se tomó un respiro por aquella época y la banda abrió sus brazos al batería Hamish Rosser (otro australiano, antes integrante de una cover band de los Kinks en Nevada) y al mejor amigo de la infancia de Nicholls, Ryan Griffiths, como segunda guitarra. Una vez completada la formación, the Vines ofrecieron su primera actuación como cabezas de cartel en febrero de 2002, en lo que fue una sencilla aparición en un pequeño club de Sydney llamado the Vic on the Park. Tanto se corrió la voz que antes de que los teloneros hubieran tocado un solo acorde, el local estaba repleto hasta los topes con un público expectante. NME escribió acerca del concierto: “Este grupo es el futuro del rock. Dentro de diez años, 10.000 personas alegaran haber estado presentes en el concierto”. Acerca del vertiginoso ascenso de The Vines a la fama, Nicholls sonríe tímidamente y comenta: “Simplemente hay muchas posibilidades...

Fuente: dani_nirvana a través de Musica.com

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