Lingo Squad

Biografía de Lingo Squad

la historia en realidad debería considerarse mera prehistoria. Dj Shilez, quien había aparecido en la escena regiomontana con 68xMuerto, ahora estaba-y-no-estaba en el Cartel de Santa. Por otro lado, Monz, el MC cuyas aptitudes para la magia sonora le permiten crear fácilmente beats y arreglar canciones, apretaba las tuercas de Punto D, su grupo de siempre. Y Maigaz, MC de no poca fama por su rol de vocalista en La Flor del Lingo, aparecía por doquier disparando rimas en solitario, autonombrándose Artillero Flor del Lingo. También fue en la prehistoria cuando estos tres individuos formaron parte de colectivos locales que, en su momento, eran los dream teams del hip-hop regiomontano. En Artillería Pesada y/o La Real Academia de la Rima figuraban tipos picudos como Fermín IV (de Control Machete), Babo, Dhariuz (del Cartel de Santa) y Piochaz (de La Flor del Lingo), entre otras personalidades de los barrios bajos. El caso es que Maigaz, Monz y Dj Shilez tenían nombre y renombre en la escena subterránea... Sí, mucho currículum, pero ningún resultado concreto que avalara sus esfuerzos de varios años. Seguían viviendo en las cavernas del hip-hop, y podrían permanecer allí toda la vida, igual que millones de seres humanos y cucarachas. Hasta que el destino y otra cosita colocaron a Monz y Maigaz primero, y más tarde a Dj Shilez, en la situación adecuada para trabajar juntos en un proyecto más sólido que sus anteriores grupos y alianzas. Habían dejado en el camino suficientes sudores, dolores y olores, así que indudablemente era ya tiempo de empezar a escribir, ahora sí, la historia de Lingo Squad. II. El gran salto La lucha de Lingo Squad fue, en un principio, en los terrenos naturales de hip-hop: tocadas vespertinas donde el arte de rimar causaba estragos emocionales en cientos, a veces miles, de fans que vitoreaban a los mejores raperos de la comarca. Usted sabe: duelos de micrófono, ladies, pimps, cheve-cheve-cheve, etcétera. Pero un día Maigaz y Monz –y más tarde Dj Shilez al unirse al proyecto– se arriesgaron a dar un paso más allá de las cloacas de siempre. Ellos, a quienes nadie podría tachar de advenedizos, posers o farsantes del hip-hop pues sus raíces están clavadas en la tierra brava de Cd. Guadalupe, Nuevo León, decidieron poner en entredicho algunos de los tabúes elementales del gremio. El primero de ellos: buscar nuevos horizontes para su carrera profesional. "Esto ya no es hobbie, es un negocio", advierte Maigaz a los criticones. "Yo ya no lo veo como un hobbie, estar ahí perdiendo 10 años de mi vida, produciendo absolutamente nada... Ahora lo veo ya como que esto es un trabajo, no es un hobbie para perder el tiempo. Es un modo de vivir, creo que se pueden llegar a hacer muchas cosas, como viven los chavos del gabacho: tener casas, carros, por medio de tu trabajo". En el 2003, Lingo Squad halló la respuesta a su búsqueda al conectar con Class Music, una empresa de promoción artística dispuesta a debutar como sello disquero si encontraba un grupo que mereciera el esfuerzo. El matrimonio de Lingo Squad y Class Music generó amargas críticas de aquellos raperos que permanecen y permanecerán en el underground por los siglos de los siglos, amén. Vendidos, les dijeron, pero Maigaz, Monz y Dj Shilez continuaron explorando territorios que para sus congéneres eran tema prohibido: participaron, por ejemplo, con Los Guardianes del Amor en una pieza de corte grupero y acompañaron a Tatiana en una canción infantil. "¿Ellos quieren seguir estando abajo? Pues es una decisión creo que tonta, estar abajo, y que nada más los sigan las mismas 30 gentes que los siguen en todas las tocadas, no quieren crecer, es la palabra crecer", apunta Maigaz, inmisericorde. III. Escalando hacia la cumbre Lingo Squad utilizó el poderío de su aliado promocional no sólo para incursionar en otros géneros, sino para escalar cumbres inéditas. Un botón de muestra: a principios del 2004 se supo que una canción del trío, "La calle es tu cancha", había sido elegido por la NBA –la liga de baloncesto de Estados Unidos– para apoyar la difusión de sus juegos en América Latina. Unos meses antes, Lingo Squad había capturado los primeros sitios de popularidad en Monterrey con una versión estilo hip-hop del "Himno de los Tigres", el equipo de futbol que peleó la final del campeonato mexicano. Más de (XX) mil copias vendidas hablan del alcance de Maigaz, Monz y Dj Shilez. Y el grupo además consiguió el patrocinio de Lee / Wrangler, la importante marca de ropa que los ha dotado con trapos de estilo insuperable. Pero lo mejor de todo, sin duda, fue la grabación de Grandes Ligas. IV. El reto está declarado El primer grito que salió de Grandes Ligas fue "Me la pelan", tema que llegó a las estaciones de radio y de inmediato causó polémica. ¿A quién se dedicaban semejantes palabras? Lingo Squad podría haber grabado canciones hasta de Cri-Cri, pero la agresividad del hip-hop no se perdería nunca y el trío lo estaba demostrando al lanzar el reto a todos aquellos MCs que tuvieran oídos: "Me la pelan". (Por si fuera poco, la versión completa incluye una intro muy colorida a cargo nada menos que de "El Viejo" Paulino, emblema de la música norteña). El álbum viene con XX tracks que de una u otra forma pasan lista a los tópicos ineludibles del hip-hop: amor, mujeres, fiesta, competencia, sustancias para soñar, cachondez, etcétera. Y un dato que debe tomarse en cuenta: mientras Control Machete y Cartel de Santa –los exponentes del hip-hop local con mayor difusión hasta hoy– han ido de la mano del productor Jason Roberts (co-autor de éxitos como "Comprendes Mendes" y "Perros"), Lingo Squad prefirió cultivar su talento de otra manera. "Entre Maigaz y yo armamos toda la música, entre los dos hicimos todo", explica Monz. "Nos basamos en algunos samplers, pero no agarramos los samplers; de ahí nos dimos las ideas, contratamos músicos e hicimos la música. El disco viene bien variado. Le metimos músicos invitados: está el mariachi de Pedro Fernández; está Aníbal, de La Flor del Lingo, que hizo todos los bajos de las rolas y las guitarras; las trompetas las metieron los hermanos Rosales, que han participado con mucha gente (con grupos como Inspector y El Gran Silencio)". Entre otros invitados, en Grandes Ligas intervienen también Tony y Cano Hernández, de El Gran Silencio; Flippy, guitarrista de Jumbo, y Pato, de Control Machete. Grandes Ligas se grabó completamente en El Cielo, considerado uno de los estudios mejor equipados en América Latina, pero vale aclarar que la pre-producción se realizó en La Pocilga, el estudio casero de Monz ("nos fuimos de La Pocilga hasta El Cielo"). Para la mezcla se contaron con los servicios de Sasha Triujeque, quien ha grabado y producido a figuras de la talla de Gustavo Cerati y Control Machete, en tanto la masterización del disco se efectuó en Nueva York por parte de XXXX ZZZZZ. En resumen, todo está listo para que el lanzamiento de Grandes Ligas se convierta en el suceso discográfico que se merece un trío visionario y sin prejuicios. Lingo Squad ha desafiado las reglas, ha retado a sus rivales y no tiene miedo del futuro. "Yo pienso que el hip-hop está creciendo de una manera increíble, que hasta los artistas de pop ya hacen hip-pop, en sus bases meten hip-hop a güevo", señala Maigaz. "Los que hacen cumbias también quieren meter rap, ahí está Celso Piña; de hecho, nos invitaron por ahí los Guardianes del Amor, y también hicimos una version con Euforia, aunque no quedó (en el disco de los eufóricos)

Fuente: hOrcKo oNe a través de Musica.com

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