Lucho Bowen

Biografía de Lucho Bowen

LUÍS ENRIQUE BOWEN GÓMEZ

Pasaje, cuna de grandes exponentes del sentimiento y el romanticismo. Porque tus hijos nacieron, para llevar ese mensaje de amor; no solo en nuestro suelo patrio; sino también de hermandad y confraternidad, fuera de nuestro crisol andino.

La Ciudad de Guayaquil, acuna, un 11 de Agosto de 1926 a Luís Enrique Bowen Gómez. Hijo de Doña María Josefina Gómez López, pasajeña; y su padre el Mayor de policía Don Leopoldo Bowen, oriundo de Manabí. Luego, de apenas dos meses de nacido sus padres se trasladan a la ciudad de Pasaje, por eso es que siempre se lo conoció como pasajeño quienes tuvieron la suerte de tratarlo en su niñez guardan recuerdos inolvidables; como Don Alberto Clemente Heredia Verdezoto, quien al evocar esos instantes de su vida, lo hace lleno de una profunda melancolía; ya que para él, Lucho fue un amigo muy respetuoso, atento y servicial.
Sus estudios primarios los realiza en la Escuela Abdón Calderón, que en ese entonces se encontraba dirigida por el Profesor, Señor Andrés Cedillo Prieto; durante su permanencia en este establecimiento educacional, siempre fue querido por su compañeros y por el cuerpo de profesores, quienes tenían en él a su mejor representante musical para todo acto social.
Los acontecimientos bélicos por motivos de límites acontecidos en 1941, hicieron que sus padres decidieran enviarlo a Quito, donde continúa con sus estudios en el “Colegio César Borja Lavallen”. Como estudiante interviene en un concurso organizado por las emisoras de la capital; obteniendo de esta manera el primer galardón a su carrera como cantante a la edad de quince años. Continúa sus estudios, como también sus presentaciones en diferentes Radio Emisoras, en las cuales cosechaba abrumadores aplausos, su estilo propio hizo que el público se adueñara de los escenarios donde se presentaba.
La suerte estaba echada para Pasaje, Lucho Bowen retorna a la tierra que le traía tantos recuerdos, ya que sus compañeros de escuela lo añoraban, es que se sentía dueño de un pedacito de esta tierra que lo vio crecer, donde pronunció sus primeras expresiones musicales. En Pasaje se enamora; vive sus inolvidables noches de Bohemia; en las cuales entona sus canciones, que quedaron en los corazones de nuestras huríes pasajeñas. Don Leonardo Vacacela, evoca románticos acontecimientos y con gran nostalgia nos cuenta grandes anécdotas de aquellas noches, con canciones que nos hacen saborear copas de licor como diciendo:
Otro de sus grandes amigos compañero de aulas y cantante de esa época Don Sergio Lomas Valverde, también añora aquellos tiempos que compartió con Lucho, nos cuenta que durante el tiempo que permaneció en nuestra tierra los dedicó completamente a su delirio la música, la cual corría por sus venas, alimentando su corazón enamorado de pasiones y de ilusiones, que por el momento surgían; clavándose como dardos en su angustiada vida, y lleno de profunda melancolía cantaba:

Teniendo dieciocho años se presenta a cumplir con el deber con nuestra Patria. Su estadía fue fructífera, ya que con su música cautivó a sus superiores, interviniendo en diversas actividades sociales, como también las serenatas que les llevaban a sus féminas los oficiales.

Lucho Bowen, se casó con la ameritada damita pasajeña, Doña Zoraida Lomas Villacrés, con quien procreó, dos hermosas hijas: María Esther y Dalila Bowen Lomas, quienes heredarían el arte musical de Zoraida y Lucho; a quienes dedicaremos un espacio, más adelante. En 1947 viajó a Guayaquil, con la finalidad de encontrarse con el éxito que su radiante voz le prometía.
Lamento Caleño el Tango que inmortalizó Lucho Bowen.
Esta es la historia de una canción prohibida en Colombia. El Espectador en su edición del 5 de Agosto del 2006, dice: “Una de las páginas vestidas de censura histórica fue la creada por el compositor y también cantante Nazario Escarria, más conocido como Nano Molina. Lamento caleño fue el título dado a este tango criollo, prohibido por la dictadura de Gustavo Rojas Pinilla luego del terrible suceso del 7 de agosto de 1956.
Días después de la tragedia, Nano Molina le dio la canción a Lucho Bowen, joven ecuatoriano llegado en 1955 a La Marcha de las Estrellas, programa radial que trasmitía La Voz de Antioquia. Eran días de radio, cuando Coltejer y otras grandes empresas patrocinaban las presentaciones que se realizaban en vivo desde los radioteatros de las emisoras.
Una vez decidida la grabación del nuevo tema del maestro Nano Molina, se realizó todo el proceso fonográfico en Bogotá, donde se encontraba Lucho Bowen. Lamento caleño se tomó todas las rocolas y emisoras del país y el recuerdo de la tragedia generó entonces una actitud que rebasó con holgura la simple nostalgia.
Contaba el mismo Lucho Bowen, fallecido el 30 de abril de 2005, que muchos comenzaron a suicidarse oyendo este tango. Se suicidó un subteniente, se suicidó una señora, unos jóvenes... y el gobierno de Rojas Pinilla lo prohibió. Una vez, cuando Bowen fue invitado a cantar en la inauguración del Casino de Oficiales, se encontró cara a cara con Rojas Pinilla y se atrevió a preguntarle el por qué de la censura. No Luchito, yo no lo he prohibido, fue el Ministro de Guerra, le contestó.
Lucho Bowen, quien tendría hoy 80 años, no necesitó rebuscarse un nombre artístico, porque bastó el propio, el apellido de su padre, ex militar de nacionalidad alemana, para cargar con el éxito como cantante popular, con 840 temas grabados, contenidos en 70 discos de larga duración.
Cuatro años antes de su muerte dejaba traslucir una ebullición de sentimientos al rememorar cómo la Policía inspeccionaba los bares y cafés de la época, en busca del disco prohibido, que grabara para el sello Vergara: Entonces mandaban por cajas las cantidades de discos para repartir en el país, pero la Policía los sacaba de las rocolas y los rompía. Cuando se iba la Policía, nuevamente los dueños de los bares reponían el disco con una nueva copia oculta celosamente. “Recuerdo que en ese tiempo y en una presentación en la Voz de Cali, cerca de 20 soldados que asistían al radioteatro me pidieron que cantara Lamento caleño. Como les dije que no podía hacerlo, que estaba prohibido, todos a una dijeron que me concedían el permiso, y como el público también se alborotó, tuve entonces que cantarla. Lucho Bowen desempolvó, muchas imágenes posteriores al suceso. Se vio de nuevo abrazado por una menuda anciana que días después, en Cali, le expresó su solidario dolor por la muerte referida en la canción: La viejita estaba absolutamente convencida de que la madre muerta, que vivía en un rancho vuelto cenizas y de la que sólo quedó un pedazo de retrato, había existido y era mi propia madre.
Lucho Bowen regaló a diestra y siniestra su prohibido Lamento caleño, hasta que llegó el momento en que no quedó ni un disco para sí mismo. Hoy, 50 años después, muertos el dictador y el cantor, casi borrados de la memoria colectiva hechos y autores, ignorados los sucesos por más de una generación, bajo el peso de tragedia nacional, sin causas ni autores conocidos, ni siquiera queda el registro fonográfico de este tango prohibido”
LAMENTO CALEÑO
Nano Molina Año 1956
El 7 de agosto a la una temprano
estaba la gente entregada a dormir.
De pronto escuchamos un trueno lejano,
sentí tanto miedo que me estremecí.
A poco, sirenas y gentes que corren
me dicen que algo fatal ocurrió.
Me salgo a la calle y al ver el desorden
me entero que ha sido una fuerte explosión.
No se cómo pudo la suerte macabra
llegar hasta Cali y hacer tanto mal.
En medio de gritos de angustia y de llamas
corrí como un loco hasta el sitio fatal.
Al borde de tanto dolor y de espanto
sepultas quedaron gentes a montón.
Los deudos gemían llorando y llamando
buscando entre ruinas al que se murió.
A mí me ha tocado sentir la desgracia
la dura tragedia que en Cali pasó.
Mi madre vivía tan sólo a unas cuadras
y del rancho de ella cenizas quedó.
Buscando entre escombros hallé su retrato
tan solo un pedazo que el fuego dejó.
Lo llevé a mis labios, besé largo rato
la imagen querida que al cielo voló.
Queridos hermanos de toda Colombia
llorad con el Valle su intenso dolor.
Que no haya rencores, odios, ni venganza
que seamos todos como hijos de Dios.
Que sirva de ejemplo la hora que amarga
y amemos la patria con celo y ardor.
Unidos hagamos surgir la bonanza
viviendo felices bajo el mismo sol.
La trilogía del recuerdo e imbatible en el repertorio popular, fue sin lugar a dudas la que formó junto a su compadre Olimpo Cárdenas y Julio Jaramillo a lo largo de la historia musical de Ecuador, Colombia y de toda Latinoamérica.
La lealtad y la gran amistad que le unía a Julio César Villafuerte, hizo que en muchas ocasiones rechazara grandes ofertas. Como es el caso que: “Cuando el Trío Los Panchos retiró a Raúl Shaw Moreno, el boliviano que hizo por un tiempo la primera voz, pensaron en sustituirlo con Olimpo o con Lucho Bowen. Olimpo no tocaba guitarra, mientras que Lucho sí; entonces lo llamaron a que forme parte del trío más famoso de todos los tiempos. Lucho dice: “No podía ser desleal y abandonar, a quien un día le dio la mano para formar el dúo, que tantos triunfos habían conseguido”.
Estas anécdotas de Lucho, son las que le llevaron a cultivar grandes amigos, como lo hemos demostrado a lo largo del presente reportaje de la vida de Don Lucho Bowen, a quién lo recordaremos por siempre, ya que sus canciones no solo quedaron grabadas en discos, sino también en nuestros corazones.

No se necesita entonces recurrir a musicólogos para explicar el fenómeno de veneración popular que despiertan los artistas como LUCHO BOWEN, uno de los más genuinos representantes del alma de Pasaje y quien durante su existencia grabara centenares de canciones de diferentes ritmos; canciones que todavía se escuchan en las esquinas de nuestras ciudades. Especialmente en RADIO “LA VOZ DE EL ORO”, de propiedad de nuestro dilecto amigo Don César Prado; en los actuales momentos muy resquebrajado de su salud. Cuya dirección la ejerce su amante y distinguida esposa Doña Nora Aguilar de Prado, quien a su estilo propio dirige el programa mañanero; como también PENTAGRAMA MUSICAL ECUATORIANO. ¡Cómo! no recordar aquellos éxitos del famoso Dueto Bowen -Villafuerte, que se han eternizado en la memoria, de quienes nos hemos convertido en fanáticos de sus interpretaciones, como.

En Bogotá, allá por los años cincuenta y cinco; conoce a una hermosa mujer, que le roba su corazón y para quién canta sus canciones más románticas, El quererte sin esperanza/ me tiene triste me tiene triste/ y el mirarte en los brazos de otro/ me tiene loco, me tiene loco”/. Los cantantes románticos, son quienes se enamoran de la vida misma, que darán como resultado una unión; como lo sucedido con: María Leticia Mendoza Castro; de cuya unión nacieron; Yolanda, Angelita, Verónica y Aurora Bowen Mendoza.
El amor a sus hijos se convierte en interpretaciones que fueron verdaderos éxitos como: Angelita y.

Sus canciones hablan de la viejecita lavando ropa ajena, la hija (o hermana) burlada, el ‘esquinazo’ del mal amigo, la traición de la mujer, el abandono de la amante, los golpes bajos de la suerte, los desengaños de la vida, la celda de una prisión y cuántos otros motivos de la vida real; pero muy familiares para los seres humildes”.

En los viajes y presentaciones que realizaba, la inspiración y el amor para Lucho se tornaba en cruel tormento, amores llegaban y se alejaban y nuevamente cupido se ensaña, con una mujer de encantos divinos; allá en Bogotá, quedando al cuidado de Rosalía Garzón; que inspirado en su amor canta:

Con Rosalía procrea dos vástagos que sería su delirio ya que nació el varón que tanto deseaba; siendo ellos: Diana y Luís Enrique Bowen Garzón. Su ilusión se consolida con su varoncito y crece su amor a sus hijos, que ya suman un total de ocho, en sus diferentes amores, amores que fueron la fortaleza de su crecimiento y de sus éxitos; porque si no se hubiera apoderado el sentimiento de su nostálgico corazón, no se hubieran inmortalizado sus éxitos, que seguirán siendo el recuerdo de los recuerdos.

Recordamos cuando visitó Lucho a su querido Pasaje. Como no recordar aquel 4 de agosto de mil novecientos setenta y siete. La presente foto del recuerdo, es luego de su presentación en el Teatro Coello.
La infausta noticia de su fallecimiento se hizo presente, el dolor que embargaba a familiares y amigos. Como queriendo recordar aquellos tiempos, a la mente nuestra llegó aquellas canciones que le habíamos escuchado interpretar.

La noticia crece, quienes tuvimos la suerte de conocerlo, no podemos creerlo, se nos hace imposible; porque quizás lo escuchábamos en sus discos o tal vez no nos habíamos fijado en el tiempo del espejo; parece que fue ayer no más comentamos; pero como dice un tema musical interpretado por J.J. Todo pasa en el mundo todo dura/lo que dura una flor, un ave, un nido/todo muere o se pierde entre la oscura/y pavorosa noche del olvido.
Sacado de Internet transcribo un artículo, que lo creo necesario, para conocer y que conozcan cuán querido fue Lucho a nivel internacional; el texto en mención dice:
Hoy es Día de la madre en algunos países y estoy encantado de poder saludar a mi querida madre en Ecuador así como a mi esposa acá en NY. He estado escuchando en esta mañana un programa conocido como Señor Bolero dirigido por Francis Méndez y de sorpresa encuentro que se estaba rindiendo homenaje a Don Lucho Bowen. Déjenme contarles que cuando lo escuchaba en Ecuador, era algo que no me agradaba, pero acontece que era la música preferida de mi señor padre (Ahhh...como cambian los tiempos) y es precisamente eso que me trajo gratos recuerdos al escuchar las canciones de este prestigioso canta-autor ecuatoriano. Según parece Don Lucho Bowen es Orense de nacimiento (11 de Agosto 1926) y pasajeño para ser exactos. Su madre Doña Maruja Gómez y su padre el Mayor del Ejército Miguel Bowen. Sus estudios primarios los cursó en pasaje y los intentos universitarios en Quito, puesto que nunca llegó a terminarlos para dedicarse completamente a la música. Luís Enrique Bowen Gómez, su nombre completo. Tuvo como maestro a otro prestigioso compositor Don Nicasio Saafadi y su primera presentación la efectuó en Radio América en tiempos de Lucho Albán, ahí es que conoció a Julio César Villafuerte que daría nombre al tan recordado dueto Bowen-Villafuerte. Sus temas musicales guardaban nostalgia y hablaban de hechos reales, ellos fueron por ejemplo: Yolanda, La pena de no verte, Rondando tu esquina, Lejanía, Quererte no puedo, entre otros.
Lucho Bowen falleció en Cali (Abril 30, 2005) a dónde viajó desde casi la década de los 50 junto a otros famosos como J.J. Murió por dolencias cardiacas a eso de las tres de la tarde y los ecuatorianos que amamos nuestra tierra siempre lo recordaremos.
(Tomado del libro "Música y Recuerdos" de la autoría de Manuel Edmundo Sarmiento Sigüenza. Editado en octubre del 2007-Pasaje El Oro Ecuador.

Fuente: solan1995 a través de Musica.com

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