Bajé al infierno mas lindo

LETRA

Bajé al infierno mas lindo

Recuerdo la primera vez, que me preguntaron por tus ojos, respondí que verlos suele ser ilimitado, que le he dado gusto al tiempo y que aunque tengas tus defectos, el haberte conocido es lo mejor que me ha pasado.

No conforme con tenerte, verte o mirar las estrellas quien diría que yo volvería a sentirme tan contento, después de tantos desaires que me hacían transparente, tú lograste verme vivo entre tantos sueños muertos.

Bajé al infierno por ver, oír y ser escuchado pero los ojos cerrados no dejan alternativas, he perdido mil partidas de ajedrez contra mí mismo, por vivir acomplejado y cada reina mal movida.

Tengo mil similitudes con la muerte y las cadenas, un mensaje de algún ángel que todavía no he leído, no acepté las condiciones ni los términos del alma y desde que te conocí tu amor me tiene poseído.

Quién diría que fueras buena hasta la punta de tu vida, fuerte y firme, que me toca mirar mi primera cana, que me tienes como atado y que la apuesta del milenio fuera por cada caricia escalar una montaña, gracias.

Por el primer “te amo” y por cada ocasión en la que he visto tus mensajes lindos con cara de tonto, por aquella madrugada en que mi alma se desvelaba y devolverme la ilusión, ¡amor nos veremos pronto¡

Una lluvia que me ahogaba y no me refrescó la mente, pero en cambio mi conciencia poco a poco se limpiaba, conocerte sin querer por pura curiosidad, pero amarte con las ganas que mi alma deseaba, OK.

Ahorita solo quiero disfrutar tu domo, sentirte cada enojo, cada celos, cada espacio, vivir hasta de doctrinas y al salir de la oficina, dejarte algún mensajito “cielo, conduce despacio”.

Que llegaras hasta el punto más alto de lo profundo, ver cada rincón del mundo cuando digas que me adoras, que me prohíbas jugar solo, con una canción sin coro o que me prohíbas el desvelo y que no coma a deshoras.

Recuerdo las poesías escritas con sangre ajena, los rencores y la pena que en mi vida penetraban, esas mañanas tan duras, ideas de una musa oscura, todas estas me acogían antes de que tú llegaras.

Hoy sueles estar conmigo siempre y a cada momento en un infierno diluido, que hace ver las rosas vivas, un demonio que enamora, días de 25 horas y unas cadenas de acero que a mi aura la motivan.

Mi garganta se asemeja a lo que dice la biblia, en el texto que no existe por la página arrancada, ya no me queda más de otra, que amarte y ser un idiota acomplejado por la vida, pero contigo en el alma.

La historia de un alma sucia que pudo salir de un cuerpo que se encontraba en descenso porque un conde la llamaba, ese cuerpo carecía de pasión y sentimientos, muchos horizontes muertos, pero la necesitaba.

Hoy ese cuerpo carece de esa alma que se fue, pero se la devolviste con la tuya nuevamente, que si un día de mala suerte te encuentras en el infierno, bajaría con mucho gusto, con tal de poder tenerte.

Ahora solo quedaría aquel cigarrillo apagado, esperando a que yo lo encienda en el edén con entusiasmo, una copa de licor que no ha de saber amarga, porque le he echado una pizca de lo mucho que te amo.

Que hasta lucifer envidia este infierno que tenemos, que está mucho más bonito de lo que aquel esperaba, y de aquel sujeto negro que ya ni quiere llevarnos y quiere ser el padrino, de una tumba profanada.

Que los santos y las ánimas se van acostumbrando, que su danza está más típica que el viento en la novela, si nosotros somos luna que sueña con ser de oro, pues seremos muy felices entre azufre con candela.