ANÁLISIS | SIGNIFICADO
En un sendero tropecé con una flor un día
Marchita, sin pétalos y casi pálida,
Sumergida en un suspiro,
La llevé a mi jardín para cuidarla.
Aquella flor con pétalos dormidos
Que cuido hoy con toda mi alma
Recuperó el color que había perdido
Porque encontró un cuidador que la riegue.
Le di un poco de amor,
La envolví con mi alma,
Y en invierno le di calor
Para que no sufriera daño.
Hoy soy el dueño de esa flor
Y prometí cuidarla
Para que nadie robe su color
Y para que nunca se vaya.
Tantas cosas surgieron de esa flor,
El amor perdido renació,
Y con la luz del sol se fueron las sombras,
Y con las sombras, la distancia y el olvido.
Le di un poco de amor,
La envolví con mi alma,
Y en invierno le di calor
Para que no sufriera daño.
Hoy soy el dueño de esa flor
Y prometí cuidarla
Para que siempre esté cerca de mí
Y para que nunca se vaya.
(Para que nunca se vaya,
Para que nunca se vaya,
Para que nunca se vaya)
(Para que nunca se vaya)
Le di cariño, un poco de amor
(Para que nunca se vaya)
Y en invierno llenó mi jardín de color
(Para que nunca se vaya)
Ay, cuando la vi, me enamoré de ella y la llevé, la llevé.