ANÁLISIS | SIGNIFICADO
Es un día de frío y al llegar a casa, cansada de un jueves, te encuentras con tus muebles, tu perro y millones de ojos que esperan tu regreso. Sientes que nada ha cambiado, que te espera lo mismo, el mismo sueño pasado. Recoges tu pelo, tan libre en la tarde, quizás porque alguien nunca lo vio preso. Te sientas a cenar y todas las culpas te abruman con un peso mayor que tus fuerzas, hasta que te sientes débil y tapas tu boca.
Cuando todo pasa, te crees segura mientras revuelves cenizas con tus horas, presintiendo pasiones prohibidas en lo más profundo. No importa mentirte para buscar la felicidad, hasta que un deseo se cuela en tu lecho y te tapas el pecho, cuestionándote qué estás pensando.
Pero sientes la necesidad de quedar bien con todo, menos contigo misma, pagando el precio de la angustia por ser auténtica. ¿Es mejor ser felices como nuestros padres y convertir la lástima en amores eternos, hasta que finalmente te tape el invierno?
