ANÁLISIS | SIGNIFICADO
Desde la tranquila contemplación a través de la ventana se revela un universo en constante transformación y metamorfosis poética. Las nubes matutinas se convierten en delicadas flores que acompañan al paso de un tren, mientras un reloj adopta la forma de un cangrejo y la capa de un anciano es sacudida por una tempestad de comején.
La escena se amplía con la visión de suaves algodones que dan la ilusión de un jardín en la lejanía, aguardando la llegada de abril y un renacer de la naturaleza. Los ojos se empapan de la luminosa realidad infinita, buscando en la ceguera la necesidad de un perro, un bastón, una mano amiga y una fe inquebrantable.
En ese instante, el encuentro con el ser amado, marcado por un delicado toque que desafía al frío del silencio, invita a explorar lo desconocido y a nombrar aquello que se mantiene en la sombra. En ese paisaje de sueños y esperanzas, la ventana se convierte en portal hacia un jardín de emociones y preludio de un anhelado abril de nuevas oportunidades y renovación.