ANÁLISIS | SIGNIFICADO
En lo alto de una colina, día tras día, se encuentra el hombre con una sonrisa serena, en perfecta quietud. A pesar de su aparente locura, nadie se interesa en conocerlo, simplemente lo ven como un insensato sin respuestas. Sin embargo, desde su atalaya, el loco observa cómo cae el sol y sus ojos, fijos en el horizonte, perciben el mundo girar.
Con paso firme y la mente en las nubes, este hombre de mil voces habla en voz alta, pero nadie le presta atención ni parece percibir el sonido que emite, permaneciendo ajeno a esta falta de conexión. Aun así, él continúa su camino con determinación, sin mostrar sus verdaderos sentimientos.
A pesar de la falta de empatía hacia él, el loco en la colina sigue contemplando cómo se oculta el sol, mientras sus ojos, testigos de la rotación del mundo, giran y giran sin cesar. Él parece comprender que los demás son los verdaderos insensatos, pues él no les agrada, pero sigue firme en su propia visión de la realidad.
En su soledad en la colina, con el sol poniéndose y el mundo girando frente a sus ojos, el loco parece hallar consuelo en su propia perspectiva, ignorando a aquellos que no pueden comprenderlo o apreciarlo.
