ANÁLISIS | SIGNIFICADO
La melodía nos sumerge en la reflexión de alguien cumpliendo su condena por un delito que cometió, admitiendo que lo haría de nuevo. Se siente abandonado, con la única salvación en su mente. Escucha una voz desde lo más profundo de un pozo, invitándolo a reclamar lo suyo, desciende hacia las aguas oscuras de su prisión, solo la luz de la luna refleja. Aunque parece perdido, ha tomado una decisión consciente y asume las consecuencias.
Nuevamente, la voz lo llama, advirtiéndole que su final se acerca y recordándole su lucha por lo que desea y teme. La letra nos transporta a un faro, donde la resurrección y la vida se entrelazan. Si se va, los barcos se destrozarán, las tensiones entre leones y corderos seguirán vigentes. Todo esto con un toque de ironía, con la certeza de que la disyuntiva persiste.
El tema culmina reforzando la idea de que la paz aún no ha llegado, recordando que la coexistencia entre opuestos es frágil e inquieta. La canción transmite una sensación de confrontación interna, acompañada de una perspectiva casi surrealista sobre la vida y la redención.
