ANÁLISIS | SIGNIFICADO
En una cálida noche de verano, en una habitación tenue, emerge un destello de la luz eterna del Señor, llorando como si hubiera tragado la luna ardiente. En los brazos de su madre, era toda la belleza que podía soportar, como las palabras faltantes de una oración que nunca pude articular. En un mundo tan duro y sucio, tan contaminado y confuso, buscando un poco de la misericordia de Dios, encontré una prueba viviente.
Coloqué mi corazón y mi alma en un estante, junto a la fe que había perdido en mí mismo. Descendí a la ciudad del desierto, tratando con todas mis fuerzas de despojarme de mi piel. Me sumergí en una especie de oscuridad, buscando quemar todo rastro de lo que había sido. Uno hace cosas tristes, muy tristes, cuando intenta perderse a sí mismo. He visto una prueba viviente.
Traspasaste mi enojo y mi furia para mostrarme que mi cárcel era solo una jaula abierta. No había llaves ni guardias, solo un hombre asustado y sombras antiguas como barras.
Lo único seguro en el bulevar es que la vida es como una casa de cartas, frágil como cada aliento de este niño durmiendo en nuestra cama. Esta noche acostémonos bajo el alero, como un grupo cercano de ladrones felices. Y cuando ese tren llegue, subiremos a bordo y robaremos lo que podamos de los tesoros del Señor. Ha sido una sequía larga, esta noche la lluvia cae sobre nuestro techo. Buscando un poco de la misericordia de Dios, encontré una prueba viviente. Oh, prueba viviente. Sí, prueba viviente. Encontré una prueba viviente. Oh, prueba viviente. Encontré una prueba viviente. Oh, sí, encontré una prueba viviente. Encontré una prueba viviente. Encontré una prueba viviente. Oh, una prueba viviente.