ANÁLISIS | SIGNIFICADO

En un lluvioso tarde de mil novecientos noventa en la gran ciudad, veinte años han pasado desde entonces. Y en medio de ese paisaje urbano, surge Candy, una chica hermosa del norte que logró encender mi corazón con una tenue llama. Con sus ojos, vislumbré un sueño que nadie más podía ver, y ella me regaló su amor de manera incondicional.

Pero Candy, oh Candy, no puedo dejarte ir. Durante toda mi vida has sido un eco constante en mi mente, te amé con tanta intensidad. Aunque tu partida me haya causado un inmenso dolor, me alegro de que hayas seguido adelante, pero aun así te echo de menos. Desde entonces, he tenido un vacío en mi corazón, he aprendido a fingir y solo sonreír para aparentar.

En las calles, esos hombres son todos iguales, yo solo anhelo un amor verdadero, sin juegos, sin engaños. Candy, dulce Candy, sigues acechándome, tu recuerdo se ha quedado grabado en mi piel. La vida es una locura, lo sé, pero tú, Candy, eres mi pequeño destello de esperanza en este tránsito caótico. Aunque pase el tiempo, nunca podré dejarte ir, fuiste y serás siempre mi anhelo más profundo.

Candy, dulce Candy, tu recuerdo sigue aquí, persistente y eterno. La vida puede ser un torbellino de emociones, pero tú, Candy, eres mi refugio, mi lugar de paz. En esta melodía melancólica, tu nombre sigue resonando, como un eco lejano que me recuerda ese amor que una vez compartimos. Oh, dulce Candy, nunca podré dejarte ir.

Letra de Candy
Vídeo de Candy