ANÁLISIS | SIGNIFICADO
En esta cautivadora canción de Joaquín Sabina, el cantautor expresa su profunda admiración por alguien que se sumerge en el arte de engañar con una sonrisa, bailando en un festín de máscaras cada día. Reconociendo a esa persona que se las arregla para aparentar ser ingenua en medio del caos, Sabina confiesa haber sido conquistado por su astucia sin igual, incluso cuando el destino parecía estar amañado a su favor.
A través de versos emotivos, el cantante revela el encanto irresistible de quien aún desconoce la plenitud de besos que le esperan, pero comprende que el olvido a veces se equivoca. Destacando la valentía de elegir vivir sin temor al fin de los días, Sabina celebra la complicidad compartida en las noches de desvelo y desenfreno.
Con una elegancia única, el artista elogia a esa alma libre que desafía los pronósticos negativos y detiene el tiempo con un solo beso. Reconociendo su poder para perturbar y sanar a partes iguales, Sabina describe a su musa como una medicina envenenada que lo sumerge en un torbellino de emociones.
Finalmente, en un tono melódico y apasionado, el cantautor hace un llamado a la rebeldía y al amor desenfrenado, celebrando la complicidad entre dos almas errantes que han encontrado refugio en el calor mutuo de sus abrazos. A través de cada estrofa, Sabina nos invita a sumergirnos en la complejidad de los sentimientos y a abrazar la dualidad de la pasión y el peligro que conlleva el amor verdadero. Una oda a la intensidad de los vínculos humanos y a la belleza de entregarse sin reservas al torrente de la vida.
