Joaquín Sabina

Canción de las noches perdidas

Joaquín Sabina

ANÁLISIS | SIGNIFICADO

En la canción de las noches perdidas, Joaquín Sabina nos transporta a un ambiente melancólico y desesperado en el filo de la madrugada. El aguardiente de la despedida se mezcla con la melancolía de sabores casi vacíos, mientras la vida arrastra sus cargas como leotardos en una bola de alcanfor dormida en la almohada.

La canción, con nombre de mujer, resuena con la soledad y el consuelo, donde los fugitivos del deber no encuentran descanso ni camino al cielo. Un crisantemo ajado adorna la solapa de la canción, impregnando desilusión como ciertas bebidas, pegándose como lapa en la piel.

Las noches perdidas queman como gas azul, sirven para adormecer heridas con vinagre y mienten como boleros enamorados. Con nombre de mujer, la canción se asemeja al corazón y al olvido de cada uno, mientras los fugitivos del deber solo conocen el amor que han perdido.

Esta canción, como un ruedo en tardes de corrida, hierve y fluye como besos en telegramas, llevando consigo un peso que se bebe como maldición. En el canto de las noches perdidas, Sabina nos invita a intercambiarla por un breve instante de consuelo en una cama, recordándonos que la libertad y la nieve comparten nombre de mujer, mientas los fugitivos del deber ahogan su destino en cada sorbo.

Letra de Canción de las noches perdidas
Vídeo de Canción de las noches perdidas